El medicamento «milagroso» creado en Japón que regenera los dientes que se han caído
No todas las personas nacen con 32 piezas, sino que alrededor de un 1 % de la población nace con menos o más de los que corresponden
Cuando somos niños estamos deseando que se nos caigan los dientes de leche para que el ratoncito Pérez nos deje debajo de la almohada sin darnos cuenta una moneda. Poco a poco, el diente va creciendo y se convierte en uno permanente. Sin embargo, éste se puede caer con el paso de los años, con dos diferencias: Pérez ya no viene y el diente no vuelve a salir.
Esto podría cambiar, ya que un nuevo estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad de Kioto y la Universidad de Fukui, en Japón, y publicado en Science Advances, ofrece algo de esperanza. El equipo informa que un anticuerpo para un gen, el gen 1 asociado a la sensibilización uterina o USAG-1, puede estimular el crecimiento de los dientes en ratones que sufren de agenesia dental, una condición congénita.
Cuando ya han salido todos los dientes se suelen tener 32. Sin embargo, no es raro ver a alguien con más o menos, ya que esto depende del desarrollo del feto. De hecho, uno de cada 33 bebés nacidos lo hace con un problema congénito.
Katsu Takahashi, uno de los principales autores del estudio y profesor titular de la Facultad de Medicina de la Universidad de Kyoto, ha explicado que han logrado descubrir las moléculas que se encargan del desarrollo de los dientes. Tal y como explica el maestro, la morfogénesis de los dientes individuales depende de las interacciones de varias moléculas, incluida la proteína morfogenética ósea (BMP), y la señalización de gen Wnt.
BMP y Wnt están involucrados en mucho más que el desarrollo de los dientes. «Modulan el crecimiento de múltiples órganos y tejidos mucho antes de que el cuerpo humano tenga el tamaño de una pasa». En consecuencia, comúnmente se «evitan los medicamentos que afectan directamente su actividad, ya que los efectos secundarios podrían afectar a todo el cuerpo», asegura la investigación.
Suponiendo que apuntar a los factores que antagonizan BMP y Wnt específicamente en el desarrollo de los dientes podría ser más seguro, el equipo pensó en el gen USAG-1, puesto que su suspensión podría «beneficiar el crecimiento de los dientes», pero no sabían si esto era suficiente.
Resultados
Una vez llegado a este punto, los investigadores comenzaron a estudiar cómo afectaban diferentes anticuerpos monoclonales–que se emplean para tratar el cáncer, crear vacunas y la artritis– en el USAG-1.
Según sus observaciones, vieron que este gen interactuó con BMP y Wnt. El resultado fue revelador, varios de los anticuerpos provocaron una bajada en la tasa de nacimiento de los ratones en los que se realizó el estudio. Esto demostró que la BMP y Wnt son esenciales en el crecimiento de todo el cuerpo. Sin embargo, un anticuerpo prometedor interrumpió la interacción de USAG-1 con BMP únicamente.
Los experimentos realizados con este anticuerpo revelaron que la señalización de BMP es esencial para determinar el número de dientes en ratones. Además, una sola administración fue suficiente para generar un diente completo. Pruebas posteriores mostraron los mismos beneficios en hurones.
Esto sucedió porque los hurones son animales difiodontos –primero dientes de leche y luego permanentes– con patrones dentales similares a los humanos. «Nuestro próximo plan es probar los anticuerpos en otros animales como cerdos y perros», explica Takahashi.
Según explican desde la Universidad de Kioto, este estudio es el primero en mostrar «los beneficios de los anticuerpos monoclonales en la regeneración dental» y proporcionar un nuevo marco terapéutico para un problema clínico que actualmente solo puede resolverse con implantes y otras medidas artificiales.
«La ingeniería de tejidos convencional no es adecuada para la regeneración dental. Nuestro estudio muestra que la terapia molecular libre de células es eficaz para una amplia gama de agenesias dentales congénitas», concluye Manabu Sugai, de la Universidad de Fukui, otro autor del estudio.