Fauna
¿Por qué son tan peligrosos los caracoles gigantes encontrados en Tenerife?
El pasado 12 de julio Canarias alertó de la detección de caracoles gigantes africanos en Tenerife
el pasado 12 de julio la Red de Detección e Intervención de Especies Exóticas Invasoras en Canarias (RedEXOS) alertó de la primera detección de caracoles gigantes africanos (Lissachatina fulica)en Tenerife. Este molusco es uno de los más grandes del mundo y supone un gran riesgo para la agricultura y los ecosistemas locales. No obstante, su mayor peligro residen en su capacidad para transmitir diferentes parásitos, que pueden provocar enfermedades de mayor o menor gravedad a los seres humanos.
Los caracoles gigantes africanos están catalogados por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) como una de las 100 especies invasoras más peligrosas de todo el planeta, especialmente por los daños que pueden causar a la vegetación local.
Uno de los caracoles más grandes del mundo
Suele medir unos 10 centímetros, aunque si se dan las condiciones adecuadas puede alcanzar los 30 centímetros de longitud y 12 de diámetro. Su caparazón es fácilmente distinguible por su forma, ya que es cónica, con una superficie que muestra estrías de crecimiento. La coloración puede variar dependiendo de su dieta, aunque por lo general es de color marrón con bandas amarillentas.
Según explicaba a National Geographic Manuel Arechavaleta, técnico del Servicio de Biodiversidad de la Dirección General de Espacios Naturales y Biodiversidad del Gobierno de Canarias, se diferencia de otros caracoles de gran tamaño por el color blanquecino de las primeras vueltas de la concha y por su ápice redondeado, en vez de puntiagudo y, sobre todo, por tener el eje de la columela, el eje de la concha, trucada.
Peligroso para los humanos
Como explicaba al periódico regional Canarias 7 el técnico de Redox Ramón Gallo, este caracol es «transmisor de parásitos peligrosos para la salud humana». Puede contagiar la meningitis o provocar trastornos intestinales, entre otras posibles enfermedades.
¿Y cómo puede trasmitir estos parásitos?
El contagio puede producirse por el contacto directo con la baba del caracol, por lo que, si nos encontramos con algún ejemplar de este animal, nunca debemos manipularlo nosotros mismos. En el caso de que lo toquemos por alguna razón y posteriormente nos llevemos las manos a la boca o a los ojos, podríamos infectarnos.
Del mismo modo, si el caracol ha entrado en contacto con algún alimento y este no ha sido correctamente lavado, podríamos enfermar.
Cabe destacar que el caracol gigante africano se consume como alimento en algunas islas del Pacífico, en Australia y en la India y, mal cocinado, también puede acarrear problemas de salud.