La pornografía, el gran problema de la sociedad moderna: el 47,4 % de adolescentes la consumen

El Internet ha avanzado a una velocidad vertiginosa. Desde su primera aparición en los años 60 hasta la década de los 2000. El «germen» de internet surgió en 1958, cuando Estados Unidos creó la Advanced Research Projects Agency, una red capaz de mandar información entre diferentes ordenadores situados en diferentes partes del mundo.

A partir de los años 90, la revolución de Internet ascendió, se originaron las primeras webs, el acceso ya era para todo el mundo y Google, el buscador por excelencia, nació. 10 años después, en el 2000, se produjo una «explosión de usuarios», y con ello comenzó una nueva era tecnológica con teléfonos móviles, ordenadores portátiles, redes sociales y páginas web. Sin embargo, aunque se pensaba que todo iban a ser ventajas no fue así, se comenzó a consumir mucha pornografía.

Según Aleteia, una página web de noticias e información católica, un estudio nacional danés publicado en 2006 reveló que «más del 50 % de los hombres y el 20 % de las mujeres de entre 18 y 30 años» consumen este contenido todas las semanas. Otro estudio recogido por el mismo medio y publicado en 2008 por la revista CyberPsychology & Behavior, demostró que más del 90 % de los chicos menores de 18 años y el 60 % de las chicas «han estado expuestos a la pornografía a través de Internet».

Para tratar de frenar este preocupante aumento, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) trabaja en un sistema de verificación de la edad para restringir el visionado de este material a los menores. Sin embargo, aunque ya hay iniciativas similares puestas en marcha, las sociedades españolas de pediatría y Save the Children remarcan la necesidad de «no perder tiempo» y «proteger cuanto antes a los menores de la pornografía» para evitar la degradación en su forma de relacionarse.

Para tratar de paliar estos efectos y disminuir la pornografía en línea, la Asociación Española de Pediatría (AEP), la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria (SEPEAP) y Save the Children han querido recordar y poner de nuevo sobre la mesa el informe (Des)información sexual: pornografía y adolescencia que en el año 2020 puso de manifiesto los problemas del consumo de esta actividad en menores.

Según ha comunicado Europa Press, este trabajo muestra que más de la mitad de los jóvenes y adolescentes con edades comprendidas entre 13 y 17 años accedió por primera vez a contenidos pornográficos antes de los 13 años, y un 8,7 % antes de los 10 años. Además, las entidades destacan que «el problema se ha agravado en los últimos años».

Uno de los aspectos más peligrosos de la pornografía, según las sociedades de pediatría, es, además del ejercicio explícito de la violencia, el no precisar y ni siquiera plantear, la necesidad de dar el consentimiento. En muchas ocasiones las mujeres «no expresan su beneplácito» e incluso «aparecen experimentando desagrado o dolor, sin que esto altere el desarrollo de la escena», recalcan.

De hecho, según Save the Children, el 47,4 % de adolescentes que ven pornografía ha imitado alguna vez lo visto, pero no siempre lo ha hecho de mutuo acuerdo.