El feminismo ha muerto y se encamina a criminalizar al varón
Ojalá que no se convierta en un perseguidor del hombre, porque se encamina hacia ese destino, criminalizando al varón para repetir lo mismo que ocurrió con la mujer en el pasado
El feminismo nació a principios del S. XX, con las primeras sufragistas reclamando voto, voz y posición en la sociedad. No es que la mujer no contara en aquella sociedad, es que contaba de una forma diferente a lo que exigían los tiempos, y ellas querían todo aquello que se les escamoteaba. Querían participar en igualdad de condiciones, y sólo era una cuestión de justicia y de tiempo que lo consiguieran. No habían sido las primeras: durante la última etapa en Roma, la mujer había llegado a conocer una emancipación casi total al poder elegir a su propio tutor. En un formato sugerente para poder decidir destino propio y dirigir el patrimonio personal sin romper unas convenciones sociales que solo muy frágilmente mantenían las formas. Y desde la Edad Media algunas mujeres buscaban activamente un papel igualitario que apenas encontraron.
Como movimiento social en pro de la justicia de considerar las posibilidades de la mujer podemos decir que se ha conseguido. Hay ministras, incluidas ministras torpes o inútiles en la Administración de muchos países, de la misma forma que hay hombres igualmente estultos. Eso es igualdad. Hay igualdad ante la ley, la sociedad ha aceptado esta correspondencia hasta el extremo, igualmente perjudicial para la población común, pero igualdad, al fin y al cabo. Los derechos se han conseguido, al menos en Occidente. Bravo.
La última premio Nobel de la Paz, Narges Mohammadi es muestra de ello. Encarcelada en Teherán desde hace diez años, ella es una demostración palpable de que el feminismo donde debe combatir ahora es en los países musulmanes. En países donde la mujer debe ir vestida de una forma y no de otra, en los que hay ministerios para la promoción de la virtud y en los que se carece de libertad. Ahí es donde deben actuar ahora las feministas, en solidaridad con otras mujeres que padecen torturas, donde no pueden ejercer su libertad y en los que por supuesto, no pueden trabajar, ni en igualdad ni sin ella.
El feminismo en Occidente solamente se ha enrarecido, ha perdido el objeto de ser, lo más lógico es que se disolviera. Sin embargo, los intereses creados lo mantienen vivo, sofocante, confuso y sin rumbo, porque ya carece de sentido. Hay demasiadas palabras creadas, hay demasiada confusión establecida, hay un exceso de tensión provocada intencionadamente. La Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana en 1791 por Olympe de Gouges o la obra de Mary Wollstonecraft en 1792, Vindicación de los derechos de la mujer tuvieron su momento, su gran momento. Finalmente, y tras una lucha incesante, las sufragistas, que aparecieron en el s. XX en el Reino Unido, lideradas por Emmeline Pankhurst consiguieron grandes logros y extendieron por todo Occidente su justa causa.
Ahora es el momento de reflexionar. Por una parte, si la mujer buscaba justicia, la ha conseguido. Y eso ha sido bueno para todos, porque impulsó movimientos de igualdad de derechos que también afectaron a la población negra en Estados Unidos (hombres y mujeres). Más allá de este momento, de olas feministas o similares movimientos, replican maneras encorsetadas y ficticias de buscar algo ya obtenido ¿en beneficio de quién? El feminismo ha muerto, una vez conseguido su objetivo, y ojalá que no se convierta en un perseguidor del hombre, porque se encamina hacia ese destino, criminalizando al varón para repetir lo mismo que ocurrió con la mujer en el pasado pero ahora conscientemente.
Donde deben actuar ahora es en Oriente. Todavía no hemos asistido a grandes manifestaciones en defensa de las mujeres maltratadas, torturadas, violadas en la invasión de Israel por Hamás el 7 de octubre. Ni en pro de las que aún no han sido liberadas ¡Hermanas! ¿Dónde estáis? El feminismo ha muerto si no recuerda a estas desgraciadas mujeres que fallecen en muertes indignas.
Al observar las sociedades occidentales, podemos decir que el feminismo ha muerto porque se ha realizado plenamente; todo lo que sobrepase esta línea es barroquizante por carencia de sentido y roza la línea del absurdo.
El feminismo ha muerto si ya solamente lucha por fantasías en vez de por personas; el feminismo ha muerto si no defiende a la mujer, sea cual sea su estado, ni condena su maltrato, sea donde sea que se produzca. El feminismo ha muerto si se ha consolidado en la burocracia de los ministerios innecesarios que dan de comer a ignorantes e incapacitados mientras en la calle siguen muriendo mujeres. El feminismo ha muerto si su lucha es destruir a los niños, mutilándolos en una estúpida lucha de género que es solamente una fórmula de perversión con nuevas palabras. El feminismo ha muerto si lo que trata es de destruir la sociedad. El feminismo ha muerto si su lucha es asesinar inocentes en su forma desprotegida de nonatos. El feminismo ha muerto si su objetivo es ahora deteriorar la convivencia y romper el lenguaje, haciéndose perversamente woke.
Hermanas: el feminismo ha muerto. Todavía se pueden hacer muchas cosas por la mujer, pero su acción se debe impulsar entre las culturas que hoy la consideran un ser inferior, donde todavía es torturada, cosa que no ocurría en Occidente, donde debe vestir como los perversos gobernantes deciden, donde no tiene libertad de acción y casi ni de pensamiento. En aquellos lugares donde una Premio Nóbel de la Paz vive encarcelada.
Mientras haya un ser humano de cualquier sexo en esas condiciones, debe continuar la lucha por la justicia. Sea hombre o mujer. Porque el futuro es de todos y no se puede concebir sin todos. Juntos.
Hermanas: el feminismo ha muerto en Occidente, pero aún se puede hacer una gran labor en otros lugares ¿estáis dispuestas?