Se multiplican por cuatro los cambios de sexo en España por el empeño trans del Gobierno: más de 5.000 en 2023

El próximo mes de marzo, la ley trans impuesta por la que fuera ministra de Igualdad, Irene Montero, cumplirá un año. Entre las polémicas de la norma, que ha generado el rechazo también en amplios sectores del feminismo, estaba el cambio de sexo facilitado a partir de los 16 años, afectando por tanto a menores de edad.

Una resolución del Portal de Transparencia facilitada a este medio con fecha de 19 de febrero de 2024 comunica que el número de inscripciones practicadas en los Registros Civiles relativas al cambio registral de la mención relativa al sexo –que consta en las bases de datos Inforeg y Dicireg– durante el ejercicio 2023 asciende a 5.139. Son cuatro veces más que en el año 2022, lo que indica el efecto que surte el empeño trans del anterior (y el actual) Gobierno.

Además, según la estadística conocida por este periódico, los cambios registrales se reparten de la siguiente manera: un 61,49 por ciento fueron hombres que cambiaron de sexo a mujer y un 38,51 por ciento fueron mujeres que decidieron ser identificadas como hombres.

Estas cifras cuadruplican los datos del 2022, cuando los Registros Civiles contabilizaron en total 1.306 cambios, que fueron a su vez 205 más que en 2021.

Tras esta explicación, la Dirección General, dirigida por María Ester Pérez Jerez, apunta que los datos facilitados de las bases de datos Inforeg y Dicireg, que son de los que se disponen, recoge los datos de aquellos Registros Civiles que se encuentran informatizados. Por lo tanto, al no incluir las inscripciones de aquellos Registros Civiles no informatizadas, «los datos facilitados tienen la consideración de parciales».

Según el Boletín Oficial del Estado (BOE), toda persona de nacionalidad española mayor de 16 años puede solicitar por sí misma el cambio de sexo en el Registro Civil. Allí, los funcionarios le facilitarán un formulario de disconformidad de sexo que debe rellenar marcando el género con el que se siente identificado. Todo sin necesidad de acudir acompañado por un mayor de edad ni aportar documentos firmados por sus padres.

Colapso los primeros días

Antes de la entrada en vigor de la ley, Irene Montero, exministra de Igualdad, ofreció una entrevista a la Cadena SER. En ella, aseguraba que no iba a haber «ningún hombre» en nuestro país que buscase ir al registro a decir que «es una persona que no es» para disfrutar de unas supuestas ventajas. Una vez más, se equivocó. Desde su entrada en vigor, varios varones declararon por redes sociales que iban a acercarse a las oficinas para disfrutar de «los beneficios de las mujeres».

Según los informes a los que accedió este medio, solamente en el Registro Civil de La Coruña, durante la primera semana tras la aprobación de la norma, la cifra de hombres que pidieron cambiar su sexo superó en más de 40 casos a las mujeres. En el de Oviedo hubo cuatro peticiones, todos deseando cambiarse a sexo femenino.

Asimismo, en Sevilla hubo una sola petición, pero a consecuencia de la huelga de los Letrados de Administración de Justicia, no se pudo formalizar. En Granada se contabilizaron dos cambios de la misma condición.