Un pueblo francés prohíbe a los transeúntes usar el teléfono móvil en los espacios públicos

Bancos con gente hablando, peluquerías con conversaciones entre varias personas, parques con corrillos de padres. Las voces se han vuelto a escuchar por las calles del pueblo francés de Seine-Port. Este extraño suceso en la era actual se ha producido después de que el alcalde de la pequeña localidad de menos de 2.000 personas prohibiese el pasado mes de febrero los teléfonos móviles en los espacios públicos.

Según explica el periódico The Guardian, la localidad gala votó hace unas semanas «sí» en un referéndum para restringir este tedioso vicio en público. Gracias a esta iniciativa, ni los adultos ni los niños pueden hacer uso de sus teléfonos inteligentes mientras caminan, van de compras o comen en un restaurante solos o con amigos. Solo utilizan aquellos que quieren buscar una dirección. Sin embargo, Vincent Paul-Petit, el alcalde de Seine-Port, les anima a pedir direcciones a los locales.

Asimismo, el pueblo también ha aprobado una carta para las familias sobre el uso de las pantallas por parte de los niños. En este sentido, no puede haber ninguna en los dormitorios. Además, el menor de edad tampoco puede utilizarlas por la mañana, durante las comidas o antes de irse a dormir.

Por otro lado, y para fomentar esta actividad libre de adicciones de conducta, si los padres de adolescentes firman un acuerdo escrito para no darle a su hijo un teléfono inteligente antes de los 15 años, el ayuntamiento le proporcionará al niño un móvil antiguo sólo para llamadas.

Un total de 277 personas acudieron a votar (alrededor del 20 % del censo electoral) y el 54 % lo hizo a favor de la carta. Pasado el veredicto final, Vincent Paul-Petit tendrá que redactar un decreto municipal para que se limite el uso de los teléfonos móviles a zonas privadas como las casas.

A pesar de los deseos del dirigente del pueblo por acabar con este polémico dispositivo, la policía no puede obligar a cumplir esta norma, ya que no se ha creado ni aprobado una ley nacional.

El uso de las tecnologías en niños

En España, el pasado mes de noviembre, más de 100.000 personas se unieron para prohibir el uso de los teléfonos inteligentes a los niños menores de 16 años. Sin embargo, no es seguro si su retirada surgiría el efecto deseado. El profesor de Psicología Juan Manuel Machimbarrena, de la Universidad del País Vasco (UPV), ha advertido de que establecer una edad mínima «no servirá de nada» si no va acompañado de «una educación en el uso de la tecnología».

Así, ha señalado que es «especialmente relevante» el empleo que los propios adultos hacen de la tecnología y la forma en la que enseñan a usarla «a través de sus actos». Machimbarrena también ha mencionado el concepto de mediación parental, el cual se centra en «el diálogo acompañado» y una protección en el proceso de aprendizaje del uso de Internet por parte de los padres hacia los hijos». A su juicio, aquí reside «la clave» para que los menores hagan un mejor uso y prevenir la aparición de los riesgos asociados.