Así funciona la teragnosis, la terapia de precisión que más va a crecer para el tratamiento del cáncer
Sirve para tratar tumores de hipertiroidismo, carcinomas microcíticos pulmonares, cáncer de tiroides, cáncer de próstata y glioblastomas multiformes, entre otros
Dar con terapias, tratamientos y soluciones para enfermedades como el cáncer no es fácil. Los científicos e investigadores tardan años en encontrar nuevas soluciones a esta agresiva enfermedad. Sin embargo, hay algunas aprobadas por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) que se desconocen. Una de ellas es la teragnosis, una de las técnicas de tipo molecular, preventiva, predictiva, de precisión y personalizada que «más va a crecer en los últimos años» contra el cáncer.
En este sentido, el profesor José Luis Carreras, académico numerario de la Real Academia Nacional de Medicina de España (RANME), jefe del Servicio de Medicina Nuclear del Hospital Clínico San Carlos de Madrid durante décadas, presidente de la Comisión Nacional de la Especialidad de Medicina Nuclear y presidente de la Sociedad Española de Medicina Nuclear, manifiesta, son las «inversiones de miles de farmacéuticas» para absorber pequeñas compañías biotecnológicas y comprar patentes que les permitan desarrollar «esta tecnología disruptiva tan eficaz».
Asimismo, la Comisión de Sanidad del Senado ya aprobó en 2022 una moción instando al Gobierno a desarrollar las terapias con radioligandos para fortalecer el uso terapéutico de la Medicina Nuclear. En este sentido y con la finalidad de dar la mejor atención a los pacientes, desde la RANME a través del Instituto de España, los miembros han comunicado al Congreso de los Diputados la necesidad de aumentar «el uso de esta tecnología en nuestro país», ya que hasta ahora no se emplea.
La teragnosis está de moda, pero no es nueva. La Medicina Nuclear inició su desarrollo como especialidad durante la II Guerra Mundial (1941), momento en el que se decide utilizar la energía nuclear con fines médicos. En España, llegó en 1948, cuando el doctor Carlos Blanco Soler y diversos colaboradores del Hospital de la Cruz Roja comenzaron a interesarse en estos isótopos radiactivos. Años después, en 1951, se inauguró el primer servicio en nuestro país.
Pero, ¿qué es realmente la teragnosis? Según informa la Real Academia Nacional de Medicina de España, consiste en el uso de radioligandos, que son moléculas marcadas con isótopos radiactivos o radioisótopos para prevenir, diagnosticar y tratar enfermedades principalmente oncológicas.
Las personas con neoplasias malignas tienen en la superficie de sus células tumorales unas moléculas –pueden ser receptores, enzimas– que se llaman blancos. En este sentido, lo que hacen los radioligandos es dirigirse a estos blancos y unirse específicamente a ellos.
En una primera fase, los especialistas inyectan a los pacientes unos radioligandos de diagnóstico para que vayan directamente a esas células tumorales y se queden ahí fijos. Nosotros, explica el profesor Carreras, «gracias a las imágenes de tecnología PET-TAC», somos capaces de ver dónde se han fijado estos radioligandos y dónde ha habido captación suficiente porque se «trata de un tumor».
En una segunda fase, una vez que comprueban donde se han asentado esos radioligandos, se utilizan otros radioligandos terapéuticos, marcados con otros isótopos radioactivos, para destruir «exclusivamente esas células tumorales sin dañar el resto de las células o tejidos sanos», afirma este académico.
Qué enfermedades pueden tratarse
Esta técnica se empleó desde el principio para el tratamiento del cáncer de tiroides y el hipertiroidismo. Hoy en día, también se pueden tratar aquellos tumores que pueden expresar receptores de somatostatina, como los neuroendocrinos, los glioblastomas multiformes, los carcinomas microcíticos pulmonares y otros muchos. A pesar de ello, aunque funciona con eficacia en todas estas enfermedades, en España solo está aprobada para el tratamiento de tumores neuroendocrinos.
Al hilo, los radioligandos dirigidos al PSMA –proteína transmembrana que se encuentra en todos los tejidos prostáticos– están siendo también muy eficaces para el cáncer de próstata. Una vez más, la EMA lo aprobó en 2022. Sin embargo, España aún no lo ha autorizado, «las aprobaciones en nuestro país son demasiado lentas», reconoce el especialista.