La terapia fotodinámica, el tratamiento que frena el cáncer de piel no melanoma en tres horas
Esta neoplasia maligna es la forma de tumor cutáneo más frecuente, con una incidencia en España de 47 casos por cada 100.000 habitantes
Se habla mucho de cáncer de piel, pero con frecuencia no se especifica el tipo de tumor que posee la persona afectada. El carcinoma basocelular es el tipo de enfermedad cutánea más habitual, con una incidencia en España de 47 casos por cada 100.000 habitantes. Esta masa maligna suele estar ocasionada por la acumulación de mutaciones genéticas en las células de la piel, inducidas por la exposición repetida a la radiación solar a lo largo de la vida.
Pese a tener una escasa capacidad para hacer metástasis, se trata de una lesión localmente destructiva, pudiendo alcanzar incluso planos profundos como el tejido muscular u óseo en algunos casos. La terapia fotodinámica puede tratarlo en solo dos sesiones de tratamiento, de hora y media cada una.
En este sentido, el doctor Eduardo Varas, dermatólogo de Clinica Vila Parc, asegura que la innovación tecnológica ha abierto «una nueva era en el abordaje del cáncer de piel», transformando radicalmente la forma en que se diagnostica y trata la afección. Así, por ejemplo, tecnologías avanzadas como el dermatoscopio digital permiten una evaluación detallada de las lesiones cutáneas con ayuda de la inteligencia artificial, mejorando enormemente la precisión en el diagnóstico temprano.
Por otro lado, en el ámbito terapéutico, la terapia fotodinámica representa un hito para el tratamiento de carcinomas superficiales y lesiones precancerosas. Este tratamiento, gracias a que aprovecha la combinación de fármacos fotosensibilizantes y fuentes de luz específicas, es capaz de destruir selectivamente las células malignas del tumor sin afectar el tejido sano circundante.
Así, el especialista apunta que estos avances no solo mejoran la eficacia de los tratamientos, sino que también ofrecen «opciones menos invasivas y con menores efectos secundarios», marcando un cambio significativo en «el panorama de la dermatología oncológica»
Las células malignas presentan alteraciones en su metabolismo y membranas celulares, que permiten al fotosensibilizante penetrar en ellas de forma selectiva respetando las células sanas. Posteriormente, al exponer la piel con el fotosensibilizante a una fuente de luz roja, se liberan radicales libres que destruyen las células malignas sin dañar las células sanas. Tal y como ha aseverado el experto, esto permite la destrucción del tejido canceroso «dejando la piel sana, intacta y curando sin cicatriz».
Con una duración de aproximadamente hora y media por sesión, esta innovadora terapia se adapta a diversas circunstancias, pudiendo tratar en una sola sesión lesiones precancerosas de la piel y en dos sesiones los carcinomas de profundidad menor a los dos milímetros. Tras el tratamiento, los pacientes pueden retomar sus actividades diarias, apenas con un enrojecimiento de la piel que desaparece en una semana y el cuidado por evitar la exposición solar. Así, este abordaje no solo prioriza la eficacia terapéutica, sino que también minimiza las alteraciones en la rutina diaria de los pacientes.
Asimismo, el tratamiento no solo llega a las células dañadas visibles, sino también a las células dañadas no visibles, pero con alteraciones microscópicas o genéticas que forman lo que llamamos el campo de cancerización. Es decir, «destruimos no solo la punta, sino todo el iceberg», señala el dermatólogo de Clínica Vila Parc. «Como beneficio adicional y aunque no sea el objetivo principal del tratamiento», añade, al reducir los signos del daño solar en la piel, el paciente obtiene «una mejora en las características estéticas de la misma, lo cual también agradece el paciente».
Importancia del diagnóstico precoz
Este tipo de neoplasias malignas no involucra los melanocitos, responsables de la pigmentación, como en el caso del melanoma, que resulta mucho más agresivo.
El cáncer cutáneo suele desarrollarse en áreas expuestas al sol, como la cara, las orejas, el cuello, las manos y los brazos, siendo la exposición excesiva a la radiación ultravioleta uno de los principales factores de riesgo. Los dos subtipos más frecuentes de este tipo de enfermedad de piel no melanoma son el carcinoma basocelular, que no suele representar un riesgo para la vida, y el carcinoma de células escamosas que, aunque de manera infrecuente, sí tiene capacidad de extenderse a otras zonas.
Aunque estos cánceres suelen tener un pronóstico favorable, es esencial realizar exámenes regulares de la piel para favorecer el diagnóstico y tratamiento precoz y evitar la destrucción local de los tejidos circundantes.
La prevención y el diagnóstico precoz son muy importantes. Por ello, el doctor señala que la educación sobre la importancia de la detección temprana y la conciencia sobre los riesgos asociados con la exposición solar excesiva son «fundamentales para reducir la incidencia de este tipo de cáncer» que está experimentando un considerable crecimiento.