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Ilustración aborto Parlamento Europeo Macron

Lu Tolstova

Amenazas al derecho a la vida  La Eurocámara pretende que el aborto sea un derecho fundamental, algo contrario a su propia Carta de Derechos

​La iniciativa de la izquierda, los liberales y los socialdemócratas que se votará este jueves choca con el artículo 2, que protege la vida y prohíbe las ejecuciones; el PP estará en bloque en contra

El debate de la vida vuelve a tomar protagonismo en el Parlamento Europeo. Los grupos de izquierda de la Eurocámara pretenden que el aborto sea considerado un derecho fundamental de la Unión Europea y sobre ello se votará este jueves en la sesión plenaria que se celebrará en Bruselas, sin tener en cuenta que el aborto no es competencia comunitaria y que tratarlo como un derecho fundamental sería contrario a la propia Carta de Derechos Fundamentales de la UE.

Estas contradicciones no echaron para atrás a la izquierda a la hora de proponer el debate en el Parlamento Europeo, que tuvo lugar el pasado marzo en Estrasburgo. Tampoco a los socialdemócratas –grupo al que pertenece el PSOE– ni a los liberales, de donde nació la iniciativa.

Ha sido la eurodiputada francesa Valérie Hayer la principal defensora de la propuesta, que ha tomado la lucha por el aborto como su bandera electoral a las puertas de los comicios europeos del 9 de junio. Hayer sigue así los pasos del presidente francés Emmanuel Macron, el líder de su partido, que incluyó recientemente el aborto en la Constitución de su país y se ha convertido en el adalid de la lucha contra el derecho a la vida en Europa. Quiere convertirse en la férrea contraposición de lo que pueda ocurrir en Estados Unidos tras la posible llegada de Donald Trump.

El Parlamento Europeo ya debatió una iniciativa similar hace dos años. En aquella ocasión, la Eurocámara aprobó una moción para incluir el «derecho a un aborto seguro y legal» dentro del artículo 7 de la Carta de Derechos de la Unión Europea, pese al voto en contra de los conservadores y del PP, algo que previsiblemente se volverá a repetir este jueves, según apuntan fuentes de los partidos. El PP votará en bloque en contra, aunque el grupo europeo haya dado libertad de voto a sus miembros, ya que consideran que el aborto no puede ser competencia de la UE y que cada Estado debe ejercer su libertad.

Votación no vinculante

Independientemente de lo que ocurra en la votación de este jueves, no es la Eurocámara la que tiene la última palabra y el hecho de que el Parlamento Europeo solicite incluir el aborto como derecho fundamental no significa que se vaya a producir. La decisión que se tome, sea a favor o en contra, no es vinculante para la Unión Europea y, en caso de aprobarse, la moción solo sería trasladada a la Comisión y al Consejo Europeo para que la tengan en consideración.

Serían, por tanto, los 27 Estados miembros los que tendrían que estudiar detenidamente el caso y aprobar la modificación de la Carta de Derechos fundamentales. Dicha aprobación, además, se tendría que llevar a cabo por unanimidad, por lo que es impensable a día de hoy que esto suceda, gracias a países como Hungría, Polonia, Malta o Italia, que se mantienen fieles a sus valores.

El aborto, contrario al Derecho

El aborto representa «el fracaso de la sociedad», tal y como aseguraba la eurodiputada popular Isabel Benjumea en el debate que tuvo lugar en marzo. Pero más allá de eso, la iniciativa que presenta la izquierda junto con los liberales y los socialdemócratas choca con el propio Derecho europeo.

En la Carta que pretenden modificar, se indica claramente que se debe proteger la vida, algo que no hace precisamente el aborto. La intención de la izquierda es reformular el artículo 3, que habla del «Derecho a la integridad de la persona», para retitularlo como «Derecho a la integridad de la persona y a la autonomía corporal», e incluir el siguiente epígrafe: «Toda persona tiene derecho a la autonomía corporal, al acceso libre, informado, pleno y universal a la salud y los derechos sexuales y reproductivos, y a todos los servicios de salud relacionados sin discriminación, incluido el acceso al aborto seguro y legal».

Si esa redacción se impusiera, la propia Carta de Derechos sería una pura contrariedad, ya que actualmente el artículo 3 prohíbe las prácticas eugenésicas y el aborto es una de ellas. Además, en el artículo 2, se sostiene que «toda persona tiene derecho a la vida», algo de lo que se le priva al que está a punto de nacer, y que «nadie podrá ser condenado a la pena de muerte ni ejecutado», que es precisamente lo que se realiza al practicar un aborto.

La iniciativa de la izquierda condena también que los médicos se puedan acoger a cláusulas de conciencia para no realizar abortos, algo que choca con el artículo 5 de la Carta de Derechos, que señala que «nadie podrá ser constreñido a realizar un trabajo forzado u obligatorio».

No se queda ahí la petición, sino que también insta a los Estados miembros a incluir el aborto dentro del plan de estudios de Medicina, así como a que Polonia y Malta deroguen sus leyes contra el aborto o a que sean erradicadas las asociaciones que combaten este tipo de prácticas contra la vida.

La decisión ahora queda en manos de los 705 diputados que componen la Eurocámara, aunque es muy probable que caiga en saco roto, ya que, aunque fuera aprobada la resolución, sería casi imposible que se llevara a cabo.

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