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El pesquero naufragado, el Vilaboa Uno

El pesquero Vilaboa UnoVessel Finder

Revelada la causa por la que se hundió el pesquero Vilaboa Uno hace un año en Santander

El naufragio dejó dos muertos

El pesquero Vilaboa Uno se hundió hace un año frente a las costas de Santander con el resultado de dos tripulantes muertos y uno desaparecido, por la entrada de agua por la compuerta de desperdicios, después de que se inundara el parque de pesca.

Así se refleja en el informe elaborado por la Comisión Permanente de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (CIAIM) publicado recientemente, sobre la base de las declaraciones de los supervivientes, de la inspección submarina realizada por el ROV de salvamento marítimo y de los análisis realizados.

El CIAIM, que no ha tenido acceso al buque hundido a 124 metros de profundidad a seis millas de la costa de Santander, concluye que el pesquero se hundió por inundación progresiva a través de la tolva de desperdicios, que se encontraba abierta.

El documento, consultado por Efe, señala que para que el buque pudiera inundarse a través de la tolva, se produjo previamente una acumulación de agua en el parque de pesca, que hizo que el barco aumentase su calado a popa hasta que el borde interior de la tolva quedó muy cerca de la superficie del mar.

En cuanto a la imposibilidad de que se pudiese desalojar el agua, el informe apunta a que probablemente los conductos de achique estaban parcialmente obstruidos por desperdicios o porque las bombas de achique del parque de pesca, que estaban conectadas en modo automático, no funcionaron correctamente por un fallo mecánico.

Además, como factores que contribuyeron al hundimiento se indica que salió de puerto sobrecargado, con la tolva de desperdicios abierta y parcialmente sumergida.

También que la zona de las tuberías no era accesible, no pudiéndose ver el estado de las tuberías ni de las válvulas, en un espacio donde se almacenan las cajas pueden estar sometidos a impactos, con su consiguiente riesgo de rotura.

Igualmente, se reseña que la configuración del sistema de achique del parque de pesca presentaba algunos inconvenientes en su operación, como la existencia de filtros y rejillas poco accesibles, lo que propicia la acumulación de desperdicios antes de la aspiración de las bombas, reduciendo su capacidad de achique; o que los pocetes del parque de pesca no disponían de alarma acústica o visual, por lo que puede irse acumulando agua sin que nadie se percate de ello.

El pesquero, de 32 metros de eslora, avisó en la madrugada del 3 de abril de 2023 a Salvamento Marítimo de que tenía una vía de agua en el casco y que se estaba hundiendo, a unas seis millas de Santander.

En apenas media hora ya estaba hundido, sin que los dos barcos que acudieron en su auxilio pudieran hacer nada para evitar la muerte por hipotermia de dos pescadores, uno español, del barrio pesquero de la capital cántabra, y otro de Ghana.

A partir de ese momento, los trabajos se centraron en encontrar al único desaparecido, Walter Ferreyros, de origen peruano, en un operativo que coordinó Salvamento Marítimo y en el que participaron durante semanas helicópteros y embarcaciones.

En septiembre, las familias del santanderino que falleció en el naufragio y la del desaparecido iniciaron una campaña para reclamar que se reflotara el barco.

La familia de Walter Ferreyros aseguraba estar viviendo «un infierno, atrapados, sin poder pasar página de este terrible suceso», y lamentaba que, al no tener acta de defunción oficial, seguían afrontando las deudas contraídas por el pescador.

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