El glioblastoma, el tumor cerebral adulto más frecuente y mortal que no tiene cura
Este tipo de cáncer comienza con el desarrollo de células en el cerebro o en la médula espinal
El cáncer es una enfermedad que en el 2024 se diagnosticará a 286.664 nuevas personas en España, un 2,6 % más que en 2023. Aunque los casos aumenten, la supervivencia se ha duplicado en los últimos 40 años y seguirá subiendo. Hay multitud de neoplasias malignas. Entre ellas están tumores conocidos como el de mama, pulmón, páncreas… Pero, ¿qué hay del glioblastoma, uno de los más frecuentes entre los adultos y mortales?
Esta masa maligna, asegura la Clínica Mayo, es un tipo de cáncer que comienza «con el desarrollo de células en el cerebro o en la médula espinal». Estas células se propagan a una velocidad inimaginable. Debido a esto, es capaz de invadir y destruir tejidos sanos. Este tumor se comienza a formar a partir astrocitos, un elemento que brindan soporte a las neuronas.
Esta enfermedad puede ocurrir a cualquier edad. Sin embargo, es más común en los hombres adultos. Cuando las células comienzan a dividirse sin control, aparecen los primeros síntomas. Los signos del glioblastoma son complicados de diagnosticar, ya que pueden ser similares a los de otras afecciones. Entre ellos están los dolores de cabeza que empeoran, náuseas y vómitos, visión borrosa o doble y convulsiones. Cuando alguno de estos se comienza a dar, es necesario acudir al médico.
Un cáncer que no tiene cura
Cada vez son más los estudios e investigaciones que se llevan a cabo en todos los lugares del mundo para intentar averiguar por qué se desarrollan estas neoplasias malignas e intentar buscarles una cura. Poco a poco van saliendo a la luz nuevos métodos para tratar algunas neoplasias. A pesar de ello, no existe cura para el glioblastoma. Solo hay medicamentos para reducir la velocidad de su desarrollo y disminuir los síntomas.
Entre ellos, al igual que ocurre con otras masas, está la conocida quimioterapia. Tal y como explica la Clínica Mayo, este método emplea fármacos fuertes para destruir las células cancerosas. A menudo los pacientes las toman en forma de pastilla. Existen varios tipos de administración: mediante vena, que podría ser para el glioblastoma que reaparece, o por pastilla, muy útil para después de una cirugía o quimioterapia.
Otra de las terapias más efectivas es la dirigida. Esta utiliza medicamentos que atacan «sustancias químicas específicas dentro de las células cancerosas» para destruir todas las células cancerosas del organismo.
Asimismo, la cínica también señala la terapia de campos de tratamiento tumoral. Esta técnica emplea un campo eléctrico para interrumpir «la multiplicación de las células cancerosas». Para llevar esto a cabo, se colocan almohadillas adhesivas en el cuero cabelludo, las cuales están conectadas «a un dispositivo portátil» que crea un campo eléctrico. Funciona con quimioterapia, pero también podría emplearse con radioterapia, un tratamiento muy conocido que utiliza haces de energía o protones para destruir células tumorales.
Por último, encontramos los ensayos clínicos. Estos se caracterizan por ser estudios de nuevos tratamientos. El paciente con cáncer debe dar autorización para aplicar esta técnica. Aunque no esté aprobada por ninguna agencia de medicamentos, sirve para ver cómo reacciona el cuerpo a las nuevas curas y da respuesta a los investigadores de los posibles efectos secundarios.