Los avances a lo largo de la historia para hacer frente al cáncer de vejiga
Los fármacos han podido ver la luz gracias a la realización de ensayos clínicos y a la participación de los pacientes
Es muy desconocido, pero existe. El cáncer de vejiga es, según los datos de la Sociedad Español de Oncología Médica, uno de los tumores más frecuentes en los españoles. En cifras estimadas que corresponden a 2024, ocupará el quinto puesto (22.097). Solo le superarán el de colon y recto (44. 294), mama (36.395), pulmón (32.768), próstata (30.316) y vejiga urinaria (22.097). Sin embargo, la mortalidad descenderá. Consecuencia de esto son los grandes avances científicos que han ido surgiendo a lo largo de la historia.
Su incidencia es notablemente más elevada en varones, en los cuales ocupa el cuarto lugar en frecuencia, con 18.247 casos nuevos diagnosticados al año, en comparación con los 3.850 en mujeres. En cuanto a la mortalidad, es la sexta causa de muerte por cáncer en varones, con 3.480 fallecimientos al año.
La ciencia y la tecnología han hecho de la medicina un constante avance. No solo en la creación de vacunas como las de la covid o en medicamentos que ayudan a quitar dolores de cabeza. Va más allá. Gracias a los científicos han surgido a lo largo del tiempo terapias y fármacos que han salvado la vida de muchos pacientes con cáncer de vejiga.
Entre los años 80 y 90, los esquemas basados en cisplatino –quimioterapia combinada que se usa para el tratamiento del cáncer de vejiga y uretra en estadio avanzado y gemcitabina/cisplatino– demostraron un aumento de supervivencia en comparación con monoterapia y otras combinaciones. Esto surgió porque vieron que el régimen de gemcitabina/cisplatino poseía un perfil de toxicidad más aceptable. Tanto, que se convirtió en la terapia de elección en primera línea de enfermedad metastásica.
A pesar de sus grandes beneficios, cerca del 40-50 % de los pacientes con enfermedad metastásica no son elegibles para cisplatino. En estos casos, se puede sustituir por carboplatino, un antídoto basado en el platino que se usa en la quimioterapia para el tratamiento de varios tipos de cáncer.
A partir del 2020 surgieron la mayoría
En 2020, surgió avelumab (anti-PD-L1) como tratamiento de mantenimiento para cáncer uroterial metastásico o localmente avanzado en pacientes cuya enfermedad no progresa pasar por una quimioterapia de primera línea basada en platino. Esto, explica la SEOM supuso «un antes y un después en el tratamiento del carcinoma urotelial avanzado», convirtiéndose en un nuevo estándar de tratamiento.
De forma más reciente, en el último año, se han presentado dos estudios que han demostrado el beneficio de las combinaciones en primera línea, desbancando por primera vez a los esquemas clásicos con cisplatino. Esto son el estudio ChekMate 901, el cual ha demostrado que la combinación de nivolumab con cisplatino/gemcitabina ofrece grandes beneficios en la supervivencia global frente a la quimioterapia sola.
Por otra parte, está en el estudio EV-302. En él se ha combinado el enfortumab vedotina (anticuerpo conjugado frente a nectina-4) y pembrolizumab, los cuales son capaces de prolongar la supervivencia global en comparación con un esquema de quimioterapia basada en platino.
Asimismo, en las segundas y sucesivas líneas de tratamiento en los últimos años, la inmunoterapia ha demostrado beneficio en pacientes que progresan a una primera línea de quimioterapia basada en platinos.
Al hilo, en 2021, el estudio EV-30 –que comparó el fármaco enfortumab vedotinacon quimioterapia en pacientes adultos con cáncer urotelial localmente avanzado– demostró que el este ofreció mayores beneficios en la supervivencia global en pacientes que progresan a quimioterapia basada en platinos e inmunoterapia.
Por último, el estudio THOR, que se presentó hace unos meses. Este ha demostrado que erdafinitb (inhibidor del gen FGFR 1-4) aumenta la supervivencia global de pacientes que presentan alteraciones en el factor de crecimiento de fibroblastos (FGFR) tras progresión a platinos e inmunoterapia. Estas alteraciones están presentes en alrededor del 20 % de los pacientes.
La importancia de los estudios clínicos
Todos estos fármacos han podido ver la luz gracias a la realización de ensayos clínicos, y a la participación de los pacientes en ellos. Tal y como detalla la SEOM, en estos avances, ha habido «una participación muy significativa de centros españoles». Así, aseguran que s necesario que todos los progresos que muestren beneficios se incorporen de manera equitativa para todos los enfermos. Además, el acceso, comentan, «debe ser universal».