Dos tercios de los supervivientes de cáncer sanguíneo podrán desarrollar complicaciones físicas o psicosociales
Ocho expertos han puesto sus conocimientos a disposición de la ciudadanía para abordar asuntos como las posibilidades de prevenir tumores de este tipo
Los tratamientos novedosos contra el cáncer de sangre y sus enfermedades siguen avanzando y el Parador de Salamanca ha sido testigo de ello. Por ello, y con la finalidad de explicar sus funcionamientos y analizar el futuro de la hematología como especialidad pionera en innovación, la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) ha organizado su VIII Jornada de Divulgación "HematoAvanza”, con el apoyo de AstraZeneca, Gilead, Lilly (colaboradores oro), AbbVie, BeiGene, Menarini, Novartis y Roche.
La ciudad de Castilla y León ha recibido durante unos días a diversos médicos expertos especializados en Oncología para participar en un foro de debate y aprendizaje en este campo de la medicina. En este sentido, hematólogos, pacientes, periodistas y divulgadores, se han acercado a «HematoAvanza» con el objetivo de que toda esta innovación pueda traducirse y trasladarse a la población general de la mejor forma posible.
En este sentido, ocho reputados expertos han vuelto a poner sus conocimientos a disposición de la ciudadanía para abordar asuntos tales como las posibilidades de prevenir el cáncer sanguíneo, el abordaje multidisciplinar de la leucemia linfocítica crónica (LLC) en la era de la medicina de precisión, el desconocimiento en torno a la peligrosa trombosis venosa, el testimonio de un paciente con enfermedad de injerto contra receptor (EICR) crónica, cómo abordar el desafío mundial de la anemia, los largos supervivientes de cáncer sanguíneo en los sistemas sanitarios, qué son los anticuerpos monoclonales biespecíficos y cómo luchan contra el cáncer, y el futuro de la terapia CAR-T.
Tal y como explica la SEHH en una nota, es «muy importante» el seguimiento de los pacientes que han superado un cáncer. Este, comentan, comienza cuando termina «el cuidado oncológico rutinario», usualmente a los cinco años de haber dejado el tratamiento, y el paciente está curado.
En este sentido, Izaskun Zeberio, especialista del Hospital Universitario Donostia (Gipuzkoa), afirma que es crucial porque los pacientes pueden presentar «efectos tardíos de la enfermedad» y complicaciones derivadas «de su tratamiento que deben ser prevenidas, diagnosticadas y tratadas eficazmente». Así, añade que al menos dos tercios de los supervivientes de cáncer desarrollarán dichas complicaciones, que pueden ser «físicas (EICR crónica, cánceres secundarios, enfermedad cardiovascular y alteraciones endocrinas fundamentalmente) o piscosociales».
Caminando hacia la prevención
Por su parte, María Victoria Mateos, presidenta de la SEHH, asevera que todavía hay «mucho camino por recorrer» antes de conseguir una posible prevención del cáncer sanguíneo. «Bien es cierto», recalca, que no tendría sentido impulsar programas de cribado en «algunos de estos cánceres», pero hay otros tantos en los que se sabe que pueden estar «precedidos de situaciones premalignas sobre la cuales se podría actuar potencialmente para hacer una detección precoz, plantear un seguimiento e incluso implementar algún tratamiento precoz».
No obstante, expone la presidenta, junto a los grandes beneficios que pueden traer los cribados, siempre hay que tener cuidado «con barreras tales como el coste, el impacto psicológico o la potencial necesidad de herramientas diagnósticas que puedan ser innecesarias».
En este sentido, la doctora Mateos ha presentado un programa de cribado poblacional realizado en Islandia para la detección de gammapatías monoclonales de significado incierto, que suelen ser la antesala de un mieloma múltiple latente. «Habiéndose evaluado una gran cantidad de asuntos, todavía no se recomienda este cribado de forma generalizada, pero sí se están estudiando algunas estrategias de tratamiento precoz en pacientes con mieloma múltiple latente, para que no evolucionen a mieloma múltiple», explica. «Son investigaciones prometedoras que necesitan un mayor seguimiento, y me atrevo a decir que la nueva inmunoterapia jugará un papel destacado aquí».
El futuro de la terapia CAR-T
Además, Ignacio Gómez Centurión, del Hospital General Universitario Gregorio Marañón (Madrid), y José Antonio Pérez Simón, del Hospital Universitario Virgen del Rocío (Sevilla), apuntan en el documento que en espera de poder contar con suficiente evidencia científica para poder implementar cribados frente al cáncer sanguíneo, la inmunoterapia sigue desarrollándose con éxito en la última línea de tratamiento.
Asimismo, recuerdan que «a nadie la cabe duda» de que la terapia CAR-T ha revolucionado «el tratamiento de ciertos cánceres sanguíneos», ofreciendo «una alternativa terapéutica eficaz y potencialmente curativa a pacientes con mal pronóstico». Así, aseguran que los «principales retos para el futuro» pasan por cubrir la necesidad de mayores recursos materiales y humanos, reducir el coste y su impacto económico en los sistemas sanitarios, lograr un mejor manejo y prevención de las toxicidades que permita un menor consumo de recursos hospitalarios, e implementar una adecuada formación del personal sanitario para ofrecer esta terapia a todos los pacientes que puedan obtener un potencial beneficio.
Inmunoterapia contra el cáncer
Por otra parte, y siguiendo la parte científica, Alfredo Corell, doctor en Biología, catedrático de Inmunología en la Universidad de Sevilla y divulgador científico, comenta que los anticuerpos monoclonales biespecíficos constituyen «el nuevo brazo armado de la inmunoterapia contra el cáncer, después de la terapia CAR-T». Combinan la especificidad de dos anticuerpos monoclonales y permiten el «reconocimiento y unión específica a dos moléculas diferentes».
Esta nueva inmunoterapia «ofrece una alta eficacia en pacientes muy pretratados con una adecuada tolerabilidad», añade. Se están investigando fundamentalmente en el tratamiento de las leucemias, los linfomas y el mieloma múltiple, pero también frente a enfermedades hematológicas no malignas, como la hemofilia A. Junto con la terapia CAR-T, están empezando a revolucionar el abordaje del cáncer sanguíneo.