La Agencia Europea de Medicamentos bloquea el fármaco contra el alzhéimer autorizado en EE.UU.
Este medicamento podría provocar hemorragias en el cerebro de los pacientes
Los fármacos contra las enfermedades degenerativas están a la orden del día. Sin embargo, no todos valen. Ejemplo de ello es un fármaco, autorizado en Estados Unidos, destinado a reducir el deterioro cognitivo de las personas con alzhéimer. Tras su evaluación, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha pedido no comercializar en la Unión Europea el medicamento.
El efecto observado del tratamiento comercializado bajo el nombre de Leqembi no compensa el riesgo de «efectos secundarios graves asociados al medicamento», ha señalado el organismo regulador europeo en un comunicado. Así, ha señalado en particular a posibles «hemorragias en el cerebro de los pacientes».
El alzhéimer, que se caracteriza por problemas de memoria, de las funciones ejecutivas y de orientación en el tiempo y en el espacio, afecta a decenas de millones de personas en todo el mundo. Por ahora no existe ninguna cura.
Las autoridades de salud estadounidenses autorizaron el fármaco Leqembi en enero de 2023 para los pacientes que aún no han alcanzado una fase avanzada de la enfermedad.
Administrado por vía intravenosa una vez cada quince días, este tratamiento es desarrollado por la farmacéutica japonesa Eisai, en colaboración con la estadounidense Biogen.
Leqembi es parte de una nueva generación de tratamientos que ataca los depósitos de una proteína llamada beta amiloide, que forma placas en el cerebro de los pacientes enfermos.
Aunque la causa del alzhéimer sigue siendo poco conocida, los pacientes que sufren de esta enfermedad presentan placas amiloides en el cerebro, que se forman alrededor de las neuronas y finalmente las destruyen.
Esto es lo que provoca la pérdida de memoria característica de la enfermedad. En las etapas posteriores, los pacientes ya no pueden realizar tareas diarias ni mantener conversaciones. Para la profesora Tara Spires-Jones, especialista en neurodegeneración de la Universidad de Edimburgo, la decisión de la EMA «será una decepción para muchos».