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Paula Andrade

Los casos de fraude más escandalosos que ha provocado la ley trans en España

Irene Montero afirmaba, como con la ley del 'solo sí es sí', que no iba a tener «efectos adversos» e iba a «despatologizar al colectivo»

Hace más de un año, el Congreso de los Diputados dio luz verde a la ley trans, una norma que fue creada para hacer «las vidas trans más vivibles». Esto, permitiría, según Irene Montero, «saldar una deuda con estas personas». No ha sido así y ha dejado una situación perniciosa en nuestro país.

La ley promesa de la que fuera ministra de Igualdad, que iba a «despatologizar al colectivo» y a establecer su «libre derecho a la determinación de la identidad de género», no ha hecho otra cosa que dividir a la sociedad, a los movimientos feministas —quienes consideran que esta ley ha traído «consecuencias nefastas en un periodo muy poco de tiempo»— y al propio Gobierno.

La exvicepresidenta Carmen Calvo ya lo advirtió. En una entrevista que concedió a El Mundo, aseguró que, entre otras cosas, si esta norma entraba en vigor se iba a abolir «la potente legislación de igualdad de nuestro país». Así, denunció que cuando se reivindica el género por encima del sexo biológico se produce un «retroceso» en la sociedad, puesto que la Constitución «contempla el sexo» y «no el género». A pesar de las advertencias, Montero siguió adelante.

Los deseos de la política de Podemos fallaron, ya que tras la aprobación de la ley en 2023 y asegurar que no iba a haber «ningún hombre» en nuestro país que buscase ir al registro a decir que «es una persona que no es», para disfrutar las ventajas de la mujer, los casos comenzaron a aumentar. Cada vez fueron más varones los que apostaban por la ya famosa libre autodeterminación de género.

Entre todos los intentos de fraude ha habido varios que han destacado. El primero se dio en Torrelodones (Madrid), donde un varón que acudió a las pruebas físicas para optar a una de las seis plazas de Policía Local se aprovechó del cambio de género para obtener mejor nota en las pruebas y acceder así al Cuerpo.

Cuando llegó la hora del examen físico, el hombre, en vez de lanzar un balón medicinal con el peso correspondiente al de los varones —cinco kilos— acudió directamente a la fila en la que se encontraban las opositoras y cogió la de tres kilos. Los compañeros le avisaron de que estaba equivocado. Sin embargo, para la sorpresa de todos, sacó de su bolsillo la solicitud en curso de cambio de género.

A finales de 2023 la situación se volvió a repetir. El Registro Civil de Las Palmas de Gran Canaria denegó la solicitud de cambio de género a un sargento de la Fuerza Armada que se inscribió como mujer para conseguir un ascenso laboral dentro del Cuerpo. Así, estos apuntaron que solo trataba de «beneficiarse de las consecuencias de ser mujer». Montero, tras las múltiples críticas, aseguró que era «una ley segura», ya que tenemos «un Estado seguro que aplica las leyes para lo que sirven».

En 2024 volvió a ser noticia esta ley. Francisco Javier decidió cambiarse el género, pero no el aspecto ni el nombre, porque le gusta su cuerpo, es feliz con él y no pretende cambiarlo, aseveró en una entrevista. Así, denunció que los problemas comenzaron cuando la soldado avisó de que ya era mujer, y, por lo tanto, no podía seguir utilizando el vestuario masculino. Esta decisión no fue bien recibida, por lo que inició acciones legales.

El 8 de marzo de este año 37 funcionarios se cambiaron de género para beneficiarse de la norma en el Cuerpo. Lo mismo ha pasado con Roberto, una cabo que se define como bigénero intersexual. Este no dudó en acudir al Registro Civil e identificarse como mujer. Lo curioso es que no ha cambiado el nombre, su aspecto sigue siendo el de un hombre y «le gustan las mujeres». El tiempo ha dado la razón a todos los grupos políticos como el PP y Vox que votaron en contra.

Tras la multitud de casos registrados, el Gobierno sigue sin alzar la voz. Mientras, las visitas al Registro Civil continúan creciendo. Ejemplo de ello fue el grave suceso del 18 de agosto, donde un ertzaina que había acudido el pasado mes de noviembre al Registro Civil de San Sebastián para cambiarse el nombre, intentó matar a su esposa con un cuchillo de cocina frente a sus hijas.

El último caso conocido se ha dado en Madrid. Jesús y Antonio, dos hermanos que trabajan en el Samur-Protección Civil se cambiaron el género, han estado cambiándose y utilizando los vestuarios femeninos a pesar de su complexión varonil. En este sentido, Alianza Contra el Borrado de las Mujeres ha denunciado que «no es un derecho pasearte con tu estructura testicular por las duchas y vestuarios de mujeres».

Asociaciones que promueven el cambio

Se definen como «trans no normativos» y su función no es otra que ofrecer «visibilidad y apoyo» a las personas transgénero que optan por no seguir «tratamientos hormonales ni intervenciones quirúrgicas». Este es el lema de la Asociación Pro Derechos Trans con Cuerpos No Normativos, una plataforma que fue registrada a finales de febrero en el Ministerio del Interior y que ayuda a los hombres a cambiarse de género.

En marzo, Juanjo Sanz, su presidenta, que también es militar, afirmó a The Objective que la sociedad de hoy en día solo genera «hombres débiles». Sin embargo, ellas se definen como «mujeres fuertes y empoderadas». El plural se debe a que el grupo está formado por siete hombres que decidieron, tras la aprobación de la ley trans, cambiarse de género, pero seguir manteniendo su nombre y su aspecto físico masculino. Según afirmaron, ya ayudan a más de 226 varones «y subiendo».