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19 de septiembre de 2024

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Piña©GTRESONLINE

La piña del Mercadona cruza las fronteras: esto le pasó a una reportera de 'The Telegraph'

Se quedó escandalizada al ver que en el cesto de las piñas no quedaba ninguna

Su nombre es Alice Garnett y es reportera de The Telegraph, uno de los medios más reconocidos a nivel internacional. Su figura se ha hecho popular en Reino Unido por una sola razón: viajar de Londres a España solo para comprobar si la «infalible técnica» de ligar en el Mercadona funcionaba.

Llegó a nuestro país un domingo. Mal día para ir al Mercadona, ya que están cerrados. Al ver que no podría asistir a su cita, decidió ir al Lidl. Para ello adelantó su hora de ligar –en este supermercado es de seis a siete–. Acudió al más cercano y comenzó a llenar su carro. Según había investigado, en este establecimiento tenía que añadir más cosas a su lista de la compra. «Leí que si quería un hombre rico tenía que poner aceite de oliva y lentejas para una relación a largo plazo».

A pesar de su empeño y de pasar «algún tiempo merodeando por el pasillo de alcohol, esperando al Sr. Right», se dio cuenta de que un «hombre rico no iba a ir al Lidl». Dejó sus cosas y decidió volver al hotel para buscar el Mercadona más cercano y visitarlo el lunes. Día de la semana que sí está abierto.

Tal y como apuntó en su artículo, exprimió todo el español que sabía y preguntó a un hombre de seguridad sobre la hora de ligar. Este le dijo que solo funcionaba los jueves y los viernes, por lo que al ser lunes posiblemente no iba a haber nadie. Desesperada, se marchó a El Corte Inglés. No encontró a nadie. Por esto, y con ganas de ver que sucedía en los pasillos de este reconocido establecimiento español, se marchó a su hotel y se vistió como si para ir a una fiesta se tratase. Su 'modelito' elegido fue una minifalda, un top y unas botas con tacón. «Estaba listo para golpear carros con un extraño con piña», afirmó.

Cuando entró al Mercadona vio que al fin había encontrado lo que buscaba: «Fui testigo de una acción de ligar», aseveró. Así, escribió en el medio que un grupo de chicos adolescentes se reunió emocionado alrededor de un carro, colocando delicadamente una piña boca abajo. Se reían mucho y claramente sabían lo que estaban haciendo. Los esquivó, ya que ninguno de ellos era apropiado para su edad.

Viendo que no había encontrado a su media piña, aunque sí había gente intentándolo, fue a devolver la fruta. Esta se quedó escandalizada el comprobar que en el cesto ya no había ninguna: «Los trabajadores se llevaron toda la caja, confiscando la hora de ligar». Aunque su día no terminó como ella esperaba, fue a recorrerse las calles de Barcelona «en busca de tapas».

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