Proteger la espalda desde la infancia, una asignatura suspensa que cuesta 9.000 millones al sistema sanitario
El doctor Kovacs, gurú de la espalda, asegura que hacer deporte desde la niñez ha demostrado ser eficaz para mantener el hábito en el futuro
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La vuelta al cole ya está aquí, y con ella las mochilas pesadas, las malas posiciones en la silla y los dolores de espalda. Esta afección, que se piensa que se desarrolla con los años, pero comienza a madurarse desde la infancia, cuesta casi 9.000 millones de euros al sistema sanitario español, un 0,68 % del PIB y que experimentará el 80 % de la población a lo largo de su vida.
Si bien este incómodo y duradero dolor es excepcional antes de los seis años, su frecuencia aumenta a partir de los 10. Según los últimos datos, entre los 13 y los 15, el 51 % de los chicos españoles lo poseen y el 69 % de las chicas ya lo han padecido. A partir de los 16 años su frecuencia es similar a la de los adultos. Por ello, es recomendable que los menores en preescolar comiencen a adquirir los hábitos que han demostrado ser científicamente efectivos para mantener una espalda sana y fuerte durante toda la vida.
Asimismo, aunque el dolor de espalda durante la niñez pueda parecer una tontería, no lo es. Hay que controlarlo, ya que aumenta significativamente el riesgo de sufrirlo más adelante de forma crónica. De hecho, ese antecedente predice la existencia de dolor crónico durante la vida adulta mejor que los hallazgos radiológicos.
Para el doctor Francisco Kovacs, de la Unidad de la Espalda Kovacs del Hospital HLA Universitario Moncloa y director de la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda (REIDE), hacer ejercicio de manera habitual ha demostrado ser «la mejor medida preventiva para el dolor de espalda», y adquirir ese hábito en la infancia es «más fácil y ayuda a mantenerlo durante toda la vida».
Qué hacer si me duele la espalda
Al hilo, diversos estudios científicos han demostrado de manera repetida que, para prevenir la aparición de los episodios dolorosos, así como para reducir la discapacidad que producen y acortar su duración, es fundamental mantenerse activo físicamente y, en caso de dolor, evitar el reposo en cama o acortarlo tanto como sea posible.
El deporte, y la actividad física en general, es tan beneficiosa para la columna vertebral como para la salud en general, y debe realizarse de manera habitual. El ejercicio ayuda a que la espalda adquiera su forma definitiva, y a que se desarrolle una musculatura potente, resistente y coordinada que la protege y reduce la carga que soporta. Hacer estas actividades de manera frecuente y mantenida en el tiempo es todavía más importante que el tipo concreto elegido, por lo que conviene tener en cuenta las preferencias personales al escoger cuál realizar.
Por el contrario, el reposo en cama, especialmente si se mantiene durante más de 48 horas, induce la pérdida de tono y coordinación muscular, lo que prolonga el episodio doloroso y aumenta el riesgo de que se repita. Por eso conviene evitarlo o, si en un momento dado estar acostado es la única postura que no duele, acortarlo tanto como sea posible. En vez de eso, ha demostrado ser más eficaz mantener el mayor grado de actividad física que el dolor permita. Es decir, suspender las actividades que intensifican el dolor, pero seguir haciendo todas las demás.
Por ello, coincidiendo con el inicio del curso escolar, la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda (REIDE), en colaboración con la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA) y con el apoyo de la Fundación ASISA, ha puesto en marcha la Campaña de Prevención de las Dolencias de la Espalda, con el fin de concienciar a los padres y a los niños y para que, en caso de sufrir un episodio doloroso, sepan qué hacer para reducir su impacto y acortar su duración.