Sanidad avisa que todas las bebidas alcohólicas son dañinas en el embarazo, incluso la 0,0
El alcohol también afecta gravemente la salud de las gestantes, incrementando el riesgo de cáncer, especialmente de mama y colorrectal
El alcohol es el único responsable del Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF), un conjunto de alteraciones físicas, mentales, conductuales y cognitivas permanentes que afectan al bebé. Estos trastornos pueden surgir independientemente del tipo de bebida alcohólica ingerida, ya que todas resultan «igualmente perjudiciales», incluidas las cervezas «sin» y las 0,0.
Con motivo del Día Mundial del TEAF, el Ministerio de Sanidad ha reiterado la recomendación de no consumir alcohol durante el embarazo. El motivo principal es que esta sustancia atraviesa rápidamente la placenta, exponiendo al feto a concentraciones iguales o incluso mayores que las de la madre gestante, lo que provoca daños permanentes y malformaciones en el desarrollo del bebé.
El TEAF se origina exclusivamente por la exposición al alcohol durante el embarazo, sin importar en qué momento de la gestación ocurra, incluso antes de la concepción. Según datos del Ministerio de Sanidad, entre el 40 % y el 60 % de las mujeres consumen alcohol en algún punto de esta etapa, lo que aumenta significativamente el riesgo para el feto.
No existe un tipo de alcohol que sea seguro durante el embarazo, ya que todas las bebidas son igual de dañinas, incluidas aquellas con bajo contenido alcohólico, como el vino, la cerveza «sin», que puede tener hasta un 1 % de alcohol, y la cerveza 0,0, que, aunque no debería contener alcohol, podría llegar a tener hasta un 0,04 % debido a las limitaciones en los procesos de extracción.
El TEAF, que se puede prevenir al 100 % si se evita el consumo de alcohol, presenta un abanico de alteraciones difíciles de diagnosticar, que van desde leves hasta graves y que persisten toda la vida. Afectan tanto el desarrollo físico como el comportamiento y las capacidades intelectuales del niño. La forma más grave del TEAF es el Síndrome Alcohólico Fetal (SAF).
Aunque no se ha determinado una prevalencia definitiva, estudios en países similares a España estiman que entre un 4 % y un 7 % de la población infantil está afectada por el TEAF. En niños adoptados de países de Europa del Este, esta cifra puede alcanzar el 50 %, lo que subraya la importancia de incluir un cribado en los programas de seguimiento de menores con antecedentes de exposición al alcohol.
El alcohol también afecta gravemente la salud de las gestantes, incrementando el riesgo de cáncer, especialmente de mama y colorrectal, así como de enfermedades cardiovasculares, infecciosas y respiratorias.
Además, los factores sociales y culturales agravan el impacto negativo del alcohol en las mujeres, intensificando el estigma y la presión social. El Ministerio insiste en la importancia de crear entornos saludables para apoyar a las gestantes y fomentar embarazos libres de alcohol, previniendo así el TEAF.