Un 60 % de los jóvenes se informa a través de la tele y las redes sociales y no detecta noticias falsas
Otros medios, como la prensa en línea (32 %), la radio (9 %) y la prensa en papel (5 %), tienen una menor popularidad entre los jóvenes
En España, el 60 % de los adolescentes prefieren la televisión y las redes sociales como sus principales medios para acceder a la información. A pesar de esto, la mayoría admite que tiene dificultades para identificar noticias falsas, y uno de cada cuatro ni siquiera se plantea la posibilidad de contrastar la información que recibe.
Un estudio de Save the Children sobre desinformación y la exposición de los menores a discursos de odio en el entorno digital revela que el principal canal para acceder a información es a través de familiares o amigos, con un 72 % de los jóvenes mencionando esta vía. Sin embargo, el 51 % de los adolescentes no siempre puede distinguir cuándo una noticia es falsa y, aunque puedan sospechar de su veracidad, un 25 % de los adolescentes no se toma el tiempo de contrastarla. De hecho, el 56 % confía en familiares y amigos para verificar la información.
Catalina Perazzo, directora de Incidencia Política y Social de Save the Children, señala una preocupación sobre esta tendencia: «Nos preocupa que estos familiares y amigos también se estén informando a través de las mismas fuentes, lo que podría generar un efecto burbuja y aumentar el riesgo de perpetuar información falsa».
El estudio destaca el impacto negativo del contenido erróneo, que perpetúa estereotipos y prejuicios dañinos. Los jóvenes reconocen estar expuestos en las redes sociales a discursos de odio que promueven estereotipos raciales y sexuales. Los chicos son particularmente vulnerables a discursos que niegan la violencia de género y a contenidos machistas, racistas y homófobos. Por otro lado, las chicas son las principales destinatarias de estos mensajes agresivos y ofensivos, lo que convierte el entorno digital en un espacio especialmente hostil para ellas.
Las adolescentes, además, sufren una presión constante por ajustarse a representaciones idealizadas de belleza y estilos de vida irreales, lo que puede afectar negativamente su salud mental. «La presión por amoldarse a cuerpos deseables y la cosificación provoca baja autoestima y problemas de confianza, que en algunos casos pueden derivar en trastornos de conducta o autolesiones», advierten los expertos del informe.
Según Perazzo, «Internet ha democratizado el acceso a la información, pero también ha facilitado la difusión de contenido erróneo y perjudicial, que perpetúa estereotipos negativos y fomenta discursos de odio». En este contexto, Save the Children subraya la vulnerabilidad de los menores ante estos contenidos, señalando que la deshumanización en el mundo digital fomenta comportamientos que no serían aceptables en la vida cotidiana.
En cuanto a los medios preferidos para informarse, el 60,6 % de los adolescentes eligen la televisión, y el 60,2 % las redes sociales. Otros medios, como la prensa en línea (32 %), la radio (9 %) y la prensa en papel (5 %), tienen una menor popularidad entre los jóvenes.
Respecto a la fiabilidad de las redes sociales y los creadores de contenido, un 16 % de los adolescentes considera que siempre son fuentes fiables, mientras que un 70 % cree que lo son solo en ciertas ocasiones. Los chicos tienden a confiar más en estas fuentes que las chicas; un 23 % de los chicos las consideran confiables, en comparación con el 9 % de las chicas.
El uso de las redes también refleja diferencias entre géneros. Las chicas tienden a seguir a personas con las que sienten afinidad o que les ofrecen consejos, mientras que los chicos prefieren perfiles relacionados con videojuegos o deportes. Además, los chicos que generan contenido en plataformas de transmisión en vivo suelen adoptar conductas de riesgo, como hacer comentarios sexuales, referirse a la pornografía o trivializar el consumo de drogas. Por otro lado, las creadoras de contenido suelen tener menos seguidores y son blanco de ataques por defender a víctimas de abuso o no ajustarse a ciertos estereotipos estéticos.
Ante estos desafíos, Save the Children aboga por educar a los menores en un uso responsable y seguro de internet, proporcionándoles herramientas para evaluar la credibilidad de las fuentes. Además, la organización propone una educación en igualdad y afectivo-sexual que promueva la equidad de género y combata los estereotipos en el entorno digital.