Más de 100.000 abortos en España, un horror que queda retratado cuando se estudia la vida del feto
Desde la llegada de Sánchez, las cifras de esta controvertida práctica se han disparado: el 75 % se realizan hasta la semana ocho
Los abortos han vuelto a alcanzar un nuevo récord en España. Según los últimos datos del Ministerio de Sanidad, el año pasado 103.097 bebés no pudieron descansar en el seno de su madre, 4.781 (4,8 %) más que en 2022. Hay una fecha clave en estas políticas proabortistas: 2 de junio de 2018, fecha en la que Pedro Sánchez tomó las riendas del país. Desde entonces, más de medio millón de niños no han nacido.
Según la distribución porcentual del número de abortos realizados según la semana de gestación, que se hicieron públicos el pasado sábado por el «Día Mundial del Aborto Seguro» y que se recogieron en el 'Registro Estatal de Interrupciones Voluntarias del Embarazo', 98.850 fetos murieron por decisión de la propia madre, 3.294 por graves riesgos para la madre, 2.688 por riesgo de graves anomalías y 263 por anomalías fetales incompatibles con la vida o enfermedad extremadamente grave e incurable.
Del total, el 75,19 % de las mujeres decidió abortar cuando el embrión tenía menos de ocho semanas, el 20,30 % lo hizo cuando el nonato estaba en el periodo de gestación entre las semanas 9-14, el 4,34 % entre la 15 y la 22 y el 0,18 % con 23 semanas o más. Es decir, en el sexto mes, cuando el bebé ya tiene pelo, ya responde a sonidos y pesa casi un kilogramo.
Cuando el Congreso de los Diputados dio luz verde a la ley, Montero expresó que con la norma se devolvía a las mujeres de 16 a 18 años «la posibilidad de decidir sobre sus propios cuerpos». Se refleja en últimas estadísticas, donde en tasas por 1.000 habitantes, el 9,14 % de las mujeres de menos de 19 años decidieron matar al nasciturus. La subida ha sido generalizada en todos los grupos de edades. Aunque el de adolescentes fue alto, la mayor tasa se la llevaron las jóvenes entre 20 y 24 años (10,7 %).
Pedro Sánchez y su gobierno solo apuestan por la cultura de la muerte. Tanto, que no se dan cuenta de que la vida es el espacio de tiempo que transcurre desde la concepción de un humano hasta su muerte. Y es que, desde el momento de la fecundación, todo lo que ocurre en el cuerpo de la mujer pasa de ser un misterio a ser algo mágico que, en el mejor de los casos, se prolonga hasta la semana 40, cuando el bebé ya está listo para conocer el mundo que le rodea.
Cómo se forma la vida
Según la animación, llamada Meet Baby Olivia, creada por Live Action, que explica con todo detalle el crecimiento semana a semana del feto, en el momento de la fecundación ya se determinan el género, la etnicidad, color de pelo y de ojos e innumerables otros rasgos del nuevo ser humano.
Una semana después, el cigoto se implanta en el útero. Sus células comienzan a organizarse y se forma el embrión. 22 días después, se empieza a detectar el latido de su corazón.
Los brotes de sus brazos y sus piernas empiezan a formarse a las cuatro semanas. Entre siete y 14 días después, comienza a moverse de manera espontánea y reflexiva. En este momento, su actividad cerebral puede detectarse, y los huesos se empiezan a formar. A las siete semanas y media de vida, el embrión ya puede juntar sus manos, emergen los dedos de las manos y de los pies, y aparecen sus primeros hipos.
A principios de la novena semana, habiendo crecido de una sola célula, el embrión ya tiene alrededor de un billón. Ya se le puede llamar feto. En esta etapa ya puede chuparse el dedo, tragar, agarrar objetos, tocarse la cara, suspirar y estirarse. Sus músculos han madurado.
A las 11 semanas juega en el vientre de la madre, mueve su cuerpo y explora lo que sucede alrededor. En la semana 12 las papilas gustativas ya han madurado, pero aun se encuentran dispersas en su boca.
Uno de los momentos más emotivos para la madre llega sobre la semana 14 –cuarto mes de embarazo–. En este momento ya puede sentir las patadas de su bebé. Además, el feto se cubre de lanugo, un vello facial muy fino que conserva su calor corporal y su intestino comienza a generar el meconio. A las 16 semanas se originan los pliegues epidérmicos, aquellos que determinarán sus huellas dactilares.
Cuatro semanas después, comenzando la 18, las ecografías muestran los movimientos orales en su laringe. También se forma la vérnix caseosa, una sustancia grasa que protege la piel del pequeño. En la 20, ya ha habido bebés que han sobrevivido fuera del vientre materno.
Cuando ya han pasado 27 semanas de embarazo –seis meses–, los ojos del feto comienzan a responder a la luz. También pueden reconocer la voz de sus padres y, en algunos casos, podrían llegar a reconocer canciones y cuentos. En esta etapa ya le puede haber salido el pelo, así como las cejas y puede sacar la lengua. Ya parece un recién nacido. En los meses siguientes de embarazo, el embarazo comienza a llagar a término, por lo que tiene menos espacio en el útero y lo único que hace es crecer y terminar de desarrollarse.
En la semana 32 de embarazo comienza a perder el lanugo y sigue aumentado de peso. Su peso sigue aumentando, pero los pulmones aún no están formados al completo. Si naciese ya necesitaría ayuda para respirar.
Por último, en la semana 38 de gestación, último mes antes de dar a luz, el bebé ya tiene la forma con la que nacerá, y su peso será aproximadamente de 2 kilos y 500 gramos. Con respecto a la piel, comienza a alisarse y a coger el color rosita tan característico de los recién nacidos.