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Erik Menéndez (izq.) y su hermano Lyle (der.) durante una audiencia previa al juicio, el 29 de diciembre de 1992 en Los ÁngelesAFP

La fiscalía de Los Ángeles pide reabrir el caso de los hermanos Menéndez por el asesinato de sus padres

Recomendará a un tribunal que «se elimine la cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional y que se les condene por asesinato»

El fiscal jefe de Los Ángeles, George Gascon, afirmó que buscaría una nueva sentencia para los hermanos Lyle y Erik Menéndez, condenados a cadena perpetua por el asesinato de sus padres en 1989.

«Después de una revisión muy cuidadosa de todos los argumentos que se presentaron a favor de las personas de ambos lados de esta ecuación, llegué a la conclusión de que están dentro de la ley y que una nueva sentencia es apropiada», escribía en un comunicado.

Además, el fiscal recomendará a un tribunal que «se elimine la cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional y que se les condene por asesinato». Esto se debe a que ambos tenían «menos de 26 años al momento de los crímenes». Lyle tenía 18 y Erik, 21.

Aunque el fiscal del distrito tiene peso para plantearlo, la última palabra será de un juez. «Creo que han pagado su deuda con la sociedad», añadía Gascón. En la última semana de noviembre está fijada una vista del caso.

Las claves: nuevas pruebas y Netflix

El pasado 3 de octubre, la fiscalía de Los Ángeles informó que estaban revisando nuevas pruebas de un posible abuso sexual que hicieron llegar los abogados de los hermanos Menéndez. Se trata, entre otras, de una carta escrita por uno de ellos, en las que admite que otro miembro de la familia estaba siendo víctima de abusos, junto con el testimonio de un trabajador de la empresa del padre que asegura haber sido abusado por José Menéndez.

En aquel momento, los fiscales afirmaron que los hermanos habían conspirado para acabar con la vida de sus ricos progenitores, para así acelerar la obtención de una herencia con un valor de 14 millones de dólares. La defensa se basó en que eran víctimas de abuso físico y sexual por parte de ambos.

«Creo que muchas veces, por razones culturales, no les creemos a las víctimas de agresión sexual, ya sean mujeres u hombres», decía el fiscal. De esta forma, reconocía que la serie de Netflix del caso le ayudó a cambiar su perspectiva. Monstruos: la historia de Lyle y Erik Menéndez, producida por la plataforma, ha reavivado el interés por la historia.

Durante su estancia en prisión, afirma su abogado, Mark Geragos, los hermanos crearon programas de asesoramiento a otros reclusos, formando parte de la primera clase de los 22 prisioneros que han obtenido un título universitario durante su estancia en un centro penitenciario. Su buena conducta es otra de las vías estudiada por su equipo legal para solicitar su puesta en libertad o reducir la condena.