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Carla Pina, directora de InfoveritasCedida

Carla Pina, Infoveritas: «Es muy peligroso que los políticos nos digan qué es verdad y qué no lo es»

Infoveritas es un medio de comunicación especializado en contrastar y verificar noticias para ofrecer a los lectores una información veraz

Las mal llamadas 'noticias falsas' están a la orden del día. Cada vez más usuarios comparten estos contenidos sin contrastarlos en redes sociales, lo cual pone en peligro la imagen y la reputación de la persona, país o situación de la que se habla. Este grave problema se intensificó tras la pandemia de la covid; por ello, en 2022 surgió Infoveritas, un medio de comunicación formado por un equipo de expertos, entre los que se encuentran ingenieros, analistas, periodistas y académicos, cuyo objetivo es contrastar y verificar noticias para ofrecer a los lectores información veraz sobre la actualidad a nivel mundial.

Perseguir la verdad no siempre es fácil. Sin embargo, personas como Carla Pina, directora de Infoveritas, hacen que parezca sencillo. Para evitar caer en las trampas de la desinformación y distinguir lo verdadero de lo falso, la también coautora del libro Fake News: Guía para sobrevivir a los bulos ha compartido con El Debate algunos trucos clave para estar siempre informados y no caer en la trampa.

— ¿Cómo surgió Infoveritas?

— La idea del proyecto nació hace tres años con la idea de salvaguardar la democracia y la imagen de España. También quisimos darle valor a otros temas relacionados con la salud o con la empresa, ya que una mala información puede acabar dañando.

Nuestra página web es un medio especializado en desmentir bulos y en ofrecer contexto informativo. A veces nos damos cuenta de que no es que una información sea completamente falsa, sino que hay una falta de conocimiento. Por ejemplo, en temas financieros o legales, los ciudadanos no siempre están bien informados. Por ello, nos encargamos de explicar esos temas para paliar la desinformación.

Otro de los pilares fundamentales es la salud, ya que las desinformaciones tienen un gran impacto en los españoles. Una mala información puede llevar a que un paciente deje de acudir al hospital o abandone sus medicamentos. También hacemos mucho hincapié en el tema financiero. Es importante que los lectores conozcan las estafas que recibimos y los temas relacionados con el consumo.

— ¿Cuál es el día a día de los profesionales que se dedican a captar las noticias falsas o no bien documentadas?

— Desde primera hora de la mañana, nosotros escuchamos la radio, vemos las noticias y monitoreamos las redes sociales, porque por ahí es donde circula la mayor parte de las ‘medias verdades’. Es decir, puede aparecer un texto verdadero, pero acompañado de una imagen falsa. Tenemos muchos ejemplos, uno de ellos son las guerras y las fotografías que se comparten.

Tras monitorear todo, hacemos una primera ronda de temas. Para seleccionarlos, damos prioridad a aquellas que son muy virales y que están llegando a muchísima gente. Una vez hemos seleccionado los bulos, nos ponemos a investigar. Siempre digo que somos como detectives, ya que hacemos pequeñas investigaciones y luego recurrimos siempre a fuentes oficiales. No nos valen fuentes cercanas, debemos acudir a quién lo ha dicho o a quién ha publicado ese dato.

Hay que volver a la esencia del periodismo de consultar siempre con las fuentes

Una vez que hemos realizado la investigación, escribimos el artículo. Si es un caso de desinformación, le otorgamos un rating. Aquí se evalúa si es falso completamente, si es engañoso, si contiene alguna verdad, si mezcla verdades y mentiras, o si carece de pruebas. Al finalizar, dos miembros del equipo revisamos el artículo, lo publicamos y lo difundimos a través de nuestras redes sociales y de los medios con los que tenemos acuerdo.

— ¿Qué criterios debe seguir un periodista a la hora de escribir una noticia?

— Nuestro trabajo debería ser el mismo trabajo que realiza cualquier periodista. No hay que dejar nunca de comprobar la información. A veces, el periodismo de declaraciones que predomina actualmente no ofrece las explicaciones de todas las partes implicadas. No podemos quedarnos solo con lo que dice una persona. Nuestra obligación es ir más allá y comprobar si esto que ha dicho es verdad o falso y explicar por qué es así o por qué no.

El trabajo es el mismo que realizamos nosotros, pero hay que volver a la esencia del periodismo de consultar siempre con las fuentes y esperar hasta que tengamos la respuesta de las fuentes implicadas. Con esto quiero decir que no debemos publicar algo que simplemente hemos visto en internet o en las redes sociales. Es decir, hay que luchar contra la inmediatez.

— ¿Cree que hoy en día hay un problema con las fake news?

— Sí. La pandemia del coronavirus aumentó el volumen de desinformación. Fue el mayor 'boom'. Ahora seguimos con esa senda, a la que se le suma un problema: a la mayor parte de las personas les cuesta muchísimo detectar qué es verdad y qué no lo es.

Todos los ciudadanos recibimos un bombardeo de sobreinformación todos los días a través de distintos canales en el que no sabemos qué es verdad y qué no lo es. A esto se le suman las redes sociales, que son un altavoz donde cualquier persona puede opinar sobre temas que desconoce. Se les termina dando voz y muchas personas creen lo que dicen. Lo mismo pasa con los medios de comunicación. Se suelen hacer eco de las plataformas y no siempre se contrasta.

Hay que tener en cuenta además que las redes trabajan con algoritmos. Por lo tanto, van a mostrar siempre aquello que interesa al usuario o con lo que ha interactuado, de manera que solo ve una parte de información donde cabe también muchísima desinformación.

— Hablando de este gran problema, ¿cómo puede detectar un usuario que una noticia es falsa?

— Hay que entender que los ciudadanos no se dedican a la información, cada uno tiene sus vidas y no tienen tiempo a contrastar todo lo que ven. Sin embargo, hay varios trucos que pueden ser útiles.

En primer lugar, si un contenido nos genera dudas, lo mejor es no reenviarlo para mitigar así el impacto que pueda tener si es falso.

En segundo lugar, es crucial leer un artículo de principio a fin para evitar caer en esos famosos clickbaits, donde el titular no coincide con el contenido del texto o no refleja bien el interés del artículo. Lo mismo pasa con los vídeos: muchas veces, sobre todo con personajes públicos, se corta una parte de lo que dicen y se saca de contexto.

También es importante evitar los pseudomedios, como algunos blogs donde la información es dudosa. Lo mejor es googlear con sentido común y buscar si esa información aparece en otros medios. Si es una noticia importante, estará en varios sitios. Otro truco es comprobar la fecha de publicación, ya que algo que fue verdad en su momento puede que ahora ya no lo sea, como ocurre, por ejemplo, con el tema de las mascarillas.

La clave está en fomentar el pensamiento crítico y la alfabetización mediática en los ciudadanos

Asimismo, es importante revisar que en las URL no haya faltas de ortografía o mayúsculas innecesarias. Finalmente, para aquellos más avezados, hay herramientas gratuitas, como la búsqueda inversa de imágenes en Google, que nos ofrecen información más precisa sobre las imágenes.

— ¿Qué os parece desde Infoveritas el plan del Gobierno para atajar las noticias falsas? ¿Es una censura?

— Hasta que no tengamos todos los detalles, no lo podremos saber en su totalidad. Pedro Sánchez ha dicho tantas cosas…

Es verdad que es bastante peligroso que se controle lo que es desinformación o lo que es información a través de las instituciones, porque podría ser una censura. Para decir lo que vale o lo que no ya hay profesionales que cumplen con unos estándares de neutralidad en su trabajo. Es muy peligroso que los políticos nos digan qué es verdad y qué no lo es.

Al final, no es tanto por legislar el tema de la desinformación, porque no puede ser que un gobierno o partido diga qué es información verídica. La clave está en fomentar el pensamiento crítico y la alfabetización mediática en los ciudadanos, algo que también promueve la Unión Europea y las leyes que se están impulsando. En definitiva, hasta que no lo vea publicado en el BOE, no me lo creo.