El joven que ayuda con la bandera de España a la espalda: «El Ejército tiene que tomar el control de la DANA»

Nacho salió el 30 de octubre hacia la zona cero de la DANA, tragedia que ya se ha cobrado la vida de más de 200 personas en la provincia de Valencia, y cuyos daños materiales se cuentan por miles de millones. «Decidí ir para allá desde el momento en que me enteré», asegura, convencido, en la redacción de El Debate.

Para Nacho Trillo la única forma de cambiar la sociedad es ayudar a los demás. Su imagen recorrió la geografía española a raíz de Filomena, la intensa nevada que cubrió Madrid de blanco durante enero del año 2021. Durante aquella borrasca, este joven salía a diario a repartir comida a los lugares donde no llegaba la ayuda con la bandera de España en su espalda: «Me lanzo a cualquier catástrofe en la que pueda ser útil», asevera.

«A las horas me fui a la comarca de Requena y Utiel. Había hablado antes con un concejal, para que me diese ciertas nociones para poder trabajar y optimizar la coordinación. Entonces el primer día, todo fue agua; el segundo día, barro. Sacamos gente, vaciamos garajes, nos metimos en las casas para saber si había alguien», relata a este medio.

Trillo, que además de economista es director de operaciones especiales, destaca la importancia de las primeras horas después de una catástrofe del calibre de la DANA de Valencia. «La esperanza de vida puede ser de 48-72 horas por norma general. Por tanto, lo primero son rescates», apunta.

«Parecía que había caído una bomba», afirma, contundente, sobre el estado en el que se encontró los municipios asolados por esta mortal gota fría. Sin embargo, los habitantes de las zonas más afectadas siguen en «fase de agradecimiento». «Han visto que hay muchos males mucho peores que los que realmente han sufrido. En la DANA he aprendido que las cosas que se pueden solucionar con dinero no son problemas», expresa.

Actualmente, Nacho coordina una red de más de 4.000 voluntarios, que durante dos semanas ha organizado desde la zona cero de la tragedia y que ahora sigue coordinando desde Madrid: «He estado intentando asignar una base de datos con más de veinte centros logísticos para que se haga primero un inventario, que ordenen y a partir de ahí saber qué necesidades pueden llegar a tener», explica durante su entrevista con este periódico.

«Mi día a día ha sido más bien mi día-noche», cuenta. Nacho no durmió durante las cuatro jornadas posteriores al desastre y durante los demás días solamente pudo descansar a ratos en el coche donde se había desplazado hasta Utiel. «Pedimos al Ayuntamiento unos planos para saber dónde podían estar los garajes y las bodegas. Lo que pasa es que mucha gente no los tenía registrados. Poco a poco fuimos creando una base de datos, un poco arcaica, pero real, de los lugares dañados», asegura Trillo sobre el modus operandi de su voluntariado con la DANA.

Solo el pueblo salva al pueblo

Uno de los lemas más popularizados tras el desastre de esta gota fría reza «solo el pueblo salva al pueblo», en honor a la movilización masiva de voluntarios para ayudar a los damnificados por esta tragedia. Sobre esta consigna, Trillo reflexiona que «el pueblo siempre salva al pueblo, y eso va a pasar siempre a lo largo de la historia. Los grandes cambios empiezan por el pueblo. Es nuestra obligación, porque el Estado no es quien nos tiene que salvar. Ayudar es parte del ser humano y creo que es fundamental que lo sigamos haciendo. Y si lo perdemos, si encima dependemos de que un Estado lo haga, nos estamos equivocando porque estamos perdiendo lo que nos hace ser humanos».

Sobre la gestión de la DANA, Nacho considera que no es el momento de politizar la tragedia y señalar a unos o a otros. «No tiene ningún sentido tampoco que alguien dimita en este momento, porque la siguiente persona que venga va a ser el responsable de todo el desastre que se ha generado», señala. Además, añade que la coordinación y organización no debería recaer en estos momentos en la Administración, sino que «es el Ejército el que debería tomar el control de la DANA, de todos los centros logísticos».

«La ayuda militar llegó a tiempo. Los militares llegan cuando se les avisa que tienen que llegar. El militar nunca llega tarde. Si tú le dices que llegue sin nada, va a llegar sin nada. Pero al militar, cuando se prepara para una catástrofe, tiene que montar su logística, su equipo individual, su equipo colectivo y establecer un plan de acción. Entonces, los militares, desde mi punto de vista, han llegado cuando tenían que llegar, que fue cuando se les avisó. Ellos no tienen la culpa, no tienen ningún tipo de responsabilidad», defiende Nacho.