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John Tinniswood

Muere el hombre más longevo del mundo a los 112 años

El que ha sido el hombre más longevo del mundo nació el 26 de agosto de 1912, el mismo año que el Titanic se hundió

John Alfred Tinniswood, el hombre más longevo del mundo, ha muerto a los 112 años en la casa donde vivía en Southport (Inglaterra) rodeado de «música y amor», según ha confirmado su familia. Tinniswood, gran aficionado al fútbol e hincha del Liverpool, se convirtió en el hombre vivo más anciano del mundo en abril de este año, cuando Juan Vicente Pérez Mora falleció a la edad de 114 años.

El que ha sido el hombre más longevo del mundo nació el 26 de agosto de 1912, el mismo año que el Titanic se hundió. Hijo de Ada y John Bernard Tinniswood, el Sr. Tinniswood, viudo, deja una hija, Susan, nietos, Annouchka, Marisa, Toby y Rupert, y bisnietos, Tabitha, Callum y Nieve.

En un comunicado, su familia ha afirmado que «tenía muchas cualidades»: «Era inteligente, decidido, valiente, calmado en cualquier crisis, tenía talento para las matemáticas y era un gran conversador».

Añaden que estos atributos le sirvieron durante su servicio militar en el Royal Army Pays Corps durante la Segunda Guerra Mundial, donde, además de contabilidad y auditoría, su trabajo incluía tareas logísticas, como localizar a soldados varados y organizar el suministro de alimentos.

Conoció a su mujer, Blodwen, en un baile en Liverpool, y se casaron en 1942. Su hija Susan nació en 1943, y la pareja disfrutó de 44 años juntos antes de que la Sra. Tinniswood falleciera en 1986. Tras la Segunda Guerra Mundial, trabajó para Royal Mail y, más tarde, como contable para Shell y BP, antes de jubilarse en 1972.

Su familia dice que tuvo una «jubilación activa», siendo voluntario como anciano de la iglesia Blundellsands United Reform Church, donde también dio sermones.

Según su testimonio relatado por la BBC, había sido «bastante activo de joven» y que había caminado «mucho», pero dijo que no sabía por qué había sido bendecido con tal longevidad. Insistió en que no era «diferente» de los demás y añadió: «O vives mucho o vives poco, y no puedes hacer mucho al respecto».