Los veterinarios buscan su especialidad forense para elaborar 'in situ' informes sobre animales

La profesión veterinaria está trabajando activamente para lograr el reconocimiento de la especialidad forense, que permitiría a expertos en anatomía animal intervenir «in situ» en casos donde se requiera determinar si una mascota ha sufrido maltrato o desnutrición. Estos informes serían esenciales para contribuir a las causas judiciales relacionadas.

María Luisa Fernández, presidenta del Colegio de Veterinarios de Tenerife, explica que la Veterinaria forense tiene un propósito similar al de la Medicina forense. Su objetivo es elaborar informes técnicos que sean presentados ante la Judicatura para esclarecer responsabilidades en casos que involucren a animales. Sin embargo, una diferencia crucial es que esta especialidad aún no cuenta con una estructura formal, ni con formación reglada específica, a pesar del incremento en la necesidad de estos servicios debido al auge de las mascotas como parte de los hogares.

Auge de mascotas y necesidad de expertos

El creciente número de animales de compañía y su reconocimiento legal como «seres sintientes» han cambiado la perspectiva de la especialidad veterinaria. Ahora, se requiere evaluar las condiciones de vida de los animales y determinar si han sido víctimas de maltrato. Fernández señala que, sin un fortalecimiento de esta figura especializada, la profesión veterinaria queda limitada a la hora de presentar casos en los tribunales.

Actualmente, los veterinarios interesados en esta área solo cuentan con cursos de formación no reglados y la experiencia adquirida al enfrentar casos concretos. Tradicionalmente, su labor se centraba en peritajes económicos, como tasar el valor de un rebaño afectado por un ataque de lobos. Sin embargo, la creciente relevancia de las mascotas ha generado la necesidad de nuevos enfoques, como emitir informes técnicos en juicios sobre maltrato o negligencia hacia animales.

Cuerpo de veterinarios forenses

Fernández enfatiza la urgencia de establecer un cuerpo de veterinarios forenses de «primera instancia». Estos especialistas podrían acudir al lugar de los hechos para inspeccionar cadáveres o animales vivos en casos enjuiciables, como maltrato, desnutrición o falta de atención médica. Actualmente, esta tarea recae en agentes de seguridad, quienes, aunque realizan una labor destacada, carecen del conocimiento técnico especializado.

La presidenta subraya la importancia de un «buen primer informe» para el proceso judicial y pide una mayor implicación de las administraciones. Propone la implementación de turnos de oficio que garanticen la disponibilidad de veterinarios forenses para realizar valoraciones iniciales en el lugar de los hechos, asegurando así la excelencia en este servicio.

Aunque la nueva ley de bienestar animal menciona esta figura profesional, Fernández lamenta que aún no se haya establecido el marco legal necesario para hacerla operativa. Institucionalizar la veterinaria forense es crucial para atender la creciente demanda y fortalecer la protección de los animales en el ámbito judicial.