Por qué es clave contar con más técnicos especializados en atención a personas en situación de dependencia

La atención a las personas con dificultades para realizar las actividades cotidianas requiere cada vez más de profesionales capacitados que aseguren su bienestar y autonomía. Para responder a esta creciente demanda, es crucial formar equipos especializados que puedan abordar las necesidades específicas de quienes se encuentran en situación de dependencia, garantizando su calidad de vida.

Según explica Miryam Piqueras, directora de Gobierno Clínico de Sanitas Mayores, la dependencia es una situación en la que una persona, por motivos de salud, discapacidad o envejecimiento, no puede realizar por sí misma «las actividades más básicas de la vida diaria». Esta condición surge cuando se pierde o reduce «la capacidad de ser autónomo», ya sea física, mental, intelectual o sensorialmente, y se hace necesario contar con «el apoyo constante de otras personas o recursos especiales».

Los técnicos especializados en atención a personas en situación de dependencia pueden desarrollar su trabajo en instituciones sociales, como centros de atención a la dependencia, residencias de mayores, centros de rehabilitación y servicios de apoyo a personas con discapacidad. En estas instituciones, su trabajo se enfoca en ofrecer asistencia personalizada a individuos que requieren ayuda en actividades cotidianas y necesarias como vestirse, alimentarse o moverse.

El principal objetivo de estos profesionales consiste en mantener y mejorar la calidad de vida de las personas dependientes al realizar actividades asistenciales como:

• Cuidados básicos y asistencia personal: realizan tareas de higiene personal y acompañamiento. Además, tienen un papel importante en la alimentación de las personas dependientes, supervisando menús, preparando comidas y administrándolos cuando sea necesario.

• Atención física y movilidad: llevan a cabo traslados y apoyan en la movilidad en caso de que así lo requiera, empleando técnicas y ayudas adecuadas, garantizando la seguridad y prevención del riesgo de caídas.

• Mantenimiento del entorno y habitabilidad: realizan tareas de limpieza y mantenimiento, asegurando condiciones adecuadas de higiene, orden y seguridad.

• Primeros auxilios: pueden intervenir de manera rápida y eficaz ante situaciones de emergencia, aplicando técnicas de primeros auxilios y asegurando una respuesta que minimice los riesgos para la salud y el bienestar de la persona.

• Apoyo psicosocial y comunicación: implementan intervenciones de apoyo emocional y social utilizando tecnologías de la información y estrategias de comunicación. Por otro lado, fomentan y mantienen habilidades de autonomía personal y social mediante técnicas y recursos de apoyo adaptados a las necesidades de la persona.

Por otro lado, en el caso de las personas mayores, la dependencia abarca una gran variedad de circunstancias y necesidades que demandan distintos tipos de intervención como la teleasistencia, el apoyo en el hogar, los centros de día, o el cuidado en residencia. En este contexto, esta figura adquiere una gran importancia para mantener y mejorar su calidad de vida, realizando actividades asistenciales, psicosociales y de apoyo a la gestión doméstica.