Olentzero, Anguleru, Tió de Nadal... los Papás Noel inventados por el nacionalismo
En muchas comunidades se intenta sustituir a los Reyes Magos, vinculados con la tradición española, con personajes inventados que se relacionan con la tierra en cuestión
La Navidad debería de ser un momento de reunión, de recuerdo y de homenaje a los valores cristianos que fundamentan nuestra civilización. Sin embargo, como todo, se ha convertido en otro escenario para la confrontación política y la diseminación de valores nacionalistas. Desde evitar decir «Feliz Navidad» a sustituir a los tradicionales Reyes Magos, que honraron con regalos al Niño Jesús el día 6 de enero, por otros personajes.
Papá Noel, aunque originario del cristianismo, está actualmente asociado más a tradiciones al margen de la religión debido a su utilización comercial (por Coca-Cola, que le dio el color rojo, por ejemplo).
Pero en muchos territorios el nacionalismo ha dejado huella y ha querido ir más allá creando actores que promuevan un arraigo en muchos casos forzado. El caso más sonado es el del olentzero, un carbonero mitológico de País Vasco y Navarra que obsequia con regalos a los niños el 25 de diciembre. Las autoridades de la comunidad han tratado de imponer la presencia de este personaje en desfiles y cabalgatas para que cuaje en la sociedad, creando incluso canciones populares. Recientemente se ha añadido la figura de Mari Domingi, su novia, con la intención de evitar el supuesto sexismo que tendría el dar todo el protagonismo a un personaje masculino.
En Cataluña no podían ser menos, y allí el día de Nochebuena quien entrega los regalos a los más pequeños es el Tió de Nadal (traducido como tizón de Navidad). La variante más extendida consiste en utilizar un tronco, dejarle comida cada noche y taparlo con una manta para que no pase frío. Al llegar la víspera de Navidad, los niños lo golpean con bastones mientras cantan, para que defeque regalos y dulces por debajo de la manta.
En Asturias, las corrientes más regionalistas han tratado de imponer a l'Anguleru, un hombre que agasaja a los pequeños asturianos que fue creado por la asociación cultural asturianista Garabuxada. Esta tradición impostada no ha terminado de convencer a los oriundos del Principado, pero se sigue imponiendo en los colegios y se realizan desfiles y visitas. El personaje es un pescador de angulas que vuelve cada año con su barcaza después de pescar en el mar de los Sargazos, donde reside el resto del año.
En Galicia, el Apalpador se promocionó sobre todo durante el período en el que el Bloque Nacionalista Galego (BNG) gobernó en la región junto con el socialista Emilio Pérez Touriño, aunque luego ha pasado a la indiferencia. Se trata de un gigante que baja de las montañas durante la Nochebuena para tocar las barriguitas de los niños mientras descansan. La tradición dice que si los ve delgaditos, «les dejará unas castañas, y si además han sido buenos este año, algún regalo».
En Cantabria también han intentado sustituir a Papá Noel y a los Reyes Magos por una versión que muchos tildan de inventada, pero que otros defienden que es una leyenda. Se trata el Esteru, un leñador bonachón que lleva alegría y regalos a los niños cántabros el 6 de enero junto a su ayudante, el burru.