Una monja futbolera de 116 años: así es la persona más anciana del mundo
Esta mujer agradece su larga vida a Dios: «Él es el secreto de la vida. Él es el secreto de todo»
Guinness World Records ha reconocido a la brasileña Inah Canabarro, de 116 años, como la persona viva más anciana del mundo. Hasta este momento, este título lo ostentaba la japonesa Tomiko Itooka, quien murió el pasado 29 de diciembre a los 116 años.
Inah Canabarro, nacida el 8 de junio de 1908 en São Francisco de Assis, Rio Grande do Sul, Brasil, ha pasado a la historia como la persona más longeva del mundo. A pesar de ello, mantiene que su verdadera fecha de nacimiento es el 27 de mayo, una afirmación que añadiría diez días más a su extraordinaria vida, aunque las investigaciones han confirmado oficialmente la fecha de junio.
Lo que realmente marca su historia es el dramático comienzo de su vida. Al nacer, Inah era tan diminuta y frágil que sus familiares asumieron que no sobreviviría. Contra todo pronóstico, desafió las expectativas y salió adelante, un acontecimiento que, según cuenta, le dio un sentido casi milagroso a su existencia desde el principio.
Esta mujer agradece tanto su supervivencia a ese bache de salud como a su larga vida a Dios: «Él es el secreto de la vida. Él es el secreto de todo», ha afirmado en declaraciones a LongeviQuest, donde ya aparece como la mujer más longeva del mundo..
Futbolera y superviviente de la covid
Según aparece en esta web, Canabarro Lucas comenzó su andadura religiosa a los 16 años, estudiando en el internado Santa Teresa de Jesús, en Santana do Livramento, Rio Grande do Sul. Fue bautizada en Santana do Livramento el 21 de abril de 1926, a los 17 años. Más tarde, se trasladó a Montevideo (Uruguay), donde fue confirmada en la Iglesia Católica el 1 de octubre de 1929, a los 21 años. En 1930, regresó a Brasil para enseñar portugués y matemáticas en una escuela de Tijuca, un barrio de Río de Janeiro.
En julio de 1932 renovó sus votos por primera vez en Río de Janeiro, y un año más tarde lo hizo por segunda vez. El 27 de julio de 1934, a los 26 años, emite los votos perpetuos y se convierte en monja. A principios de la década de 1940, regresó a Santana do Livramento, donde continuó su vocación como profesora en julio de 1942.
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A los 110 años, empezó a tener algunas dificultades de movilidad y tuvo que empezar a utilizar un andador. En 2018, al celebrar su 110 cumpleaños, recibió una bendición apostólica del Papa Francisco. La bendición fue acompañada de un certificado, que posteriormente se expuso en el rincón de recuerdos de la comunidad donde reside.
El 25 de enero de 2021, a la edad de 112 años, recibió su primera dosis de la vacuna COVID-19, lo que la convierte en una de las personas de más edad en recibir la vacuna. En octubre de 2022, contrajo el COVID-19 mientras estaba hospitalizada, pero pudo recuperarse de la enfermedad en noviembre, lo que la convirtió en una de las supervivientes más ancianas de la enfermedad.
Una de sus pasiones es el fútbol. Seguidora incondicional del Sport Club Internacional, explica que eligió este club porque representa al pueblo: «No importa si es rico o pobre, es para el pueblo».