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Un murciélago salvaje

Un murciélago salvajeFlickr/Andy Morffew

Los genomas de los murciélagos arrojan luz sobre las adaptaciones a la resistencia de las enfermedades

Comprender la resistencia de estos animales a las enfermedades ayudaría, entre otras cosas, a prevenir futuras pandemias

Tras el coronavirus, el murciélago ha sido reconocido como un reservorio natural de numerosos virus que pueden transmitirse a los humanos. Sin embargo, a diferencia de otros seres vivos, estos animales tienen la capacidad de desarrollar patógenos infecciosos e infecciosos sin desarrollar ningún síntoma de la enfermedad. Algo que solo ocurre en su especie.

El estudio llamado proyecto Bat1K, publicado recientemente en la revista científica Nature y que ha arrojado luz sobre los mecanismos que permiten los mecanismos genéticos de estos animales esta resistencia excepcional, ha analizado 115 genomas de mamíferos y ha hallado que los murciélagos presentan una selección evolutiva intensificada en genes relacionados con la inmunidad.

Así, tal y como explica el análisis, estos seres han desarrollado modificaciones en el gen antiviral ISG15, clave en la respuesta contra el virus del coronavirus en humanos. En murciélagos, ISG15 tiene una fuerte actividad antiviral sin desencadenar hiperinflamación, un problema común en infecciones humanas graves.

Los murciélagos, también conocidos como quirópteros, son los únicos mamíferos que, además de poseer una longevidad excepcional, tienen un metabolismo acelerado durante su vuelo capaz de generar altos niveles de estrés oxidativo; es decir, tienen una gran capacidad para amortiguar la inflamación de las enfermedades víricas que posee.

Reservorios de virus sin consecuencias

Durante la investigación, los investigadores encontraron virus de 31 familias en murciélagos, incluidos paramixovirus (como el virus Hendra, el virus Nipah y el virus de las paperas), filovirus (virus de Marburgo y virus Bombali), rabdovirus (virus de la rabia) y coronavirus.

A diferencia de los humanos, en quienes los coronavirus y otros virus zoonóticos pueden causar hiperinflamación, insuficiencia respiratoria y fallo multiorgánico, las infecciones en murciélagos fueron en gran parte asintomáticas. De hecho, cuando inocularon a estos mamíferos virus como el SARS o de Marburgo mostraron una infección viral productiva y replicación, pero ningún signo clínico de enfermedad.

Se trata de un gran avance, puesto que estos animales podrían ser la clave para desarrollar nuevas estrategias terapéuticas contra enfermedades virales en humanos. Si se lograra replicar su mecanismo de control inmunológico en personas, podría abrirse la puerta a tratamientos que reduzcan la hiperinflamación sin comprometer la capacidad de combatir infecciones.

Comprender la resistencia de los murciélagos a las enfermedades no solo ayudaría a prevenir futuras pandemias, sino que también podría revolucionar la forma en que abordamos la inmunidad en la medicina humana.

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