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Dos personas caminan con paraguas para resguardarse del calor en Toledo

Dos personas caminan con paraguas para resguardarse del calor en ToledoEFE

Votar en plena canícula: las claves para resistir a una jornada electoral que promete ser abrasadora

Corrientes de aire, estancias que den al norte, ampliar el horario de apertura de las urnas y una buena hidratación, entre las recomendaciones de los expertos

Las elecciones generales del próximo día 23 de julio serán, cuanto menos, inusuales. Unos comicios que se desarrollarán en el período de mayor calor del verano y en medio de un puente que se celebra en cuatro comunidades autónomas.

En medio de una ola de calor, todo parece apuntar que las temperaturas en el día de las elecciones podrían ser muy altas, y es que, según explicó Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), coincide en plena canícula, y es que «del 15 de julio al 15 de agosto se manifiesta este fenómeno que deja temperaturas extremas en todo el país».

De hecho, Del Campo recuerda que el 23 de julio de 2022 España se encontraba en plena ola de calor y se registraron 44 grados en varias localidades del valle del Guadalquivir, como en Córdoba, mientras que en Madrid llegaron a 40. Por ende, desde la Aemet consideran que el calor está garantizado, siendo la temperatura media para esas fechas de 33 ºC en Madrid y Zaragoza, 37 en Sevilla o 30 en Valencia, tal y como recogió EP.

¿Es recomendable ampliar el horario?

Hace unos días, el portavoz de Sumar, Enerst Urtasun, abrió el melón al plantear que se ampliasen los horarios de votaciones de las ocho de la tarde a las 10 de la noche para evitar así que los ciudadanos acudieran a votar en las horas de más calor y lo puedan hacer a última hora del día, cuando las temperaturas ya han comenzado a descender.

La ley electoral, sin embargo, contempla que la votación tiene que iniciarse a las nueve de la mañana, sin interrupción y hasta las ocho de la tarde, y que solo por «causas de fuerza mayor» podría no iniciarse o suspenderse una vez iniciado el acto de votación.

Precisamente este cambio de horario es una de las reclamaciones del Consejo General de Enfermería, que considera que es preciso que se tomen «medidas para ese día, que pueden ir desde una modificación del horario tradicional de votación, a la instalación de ventiladores y aparatos de aire acondicionado portátiles en todos los centros de votación».

Los enfermeros advierten de que «existe un evidente riesgo para la salud en forma de golpe de calor o deshidratación para las personas que acudan a votar», al tiempo que ha pedido tomar medidas para «evitar percances».

De igual manera, los enfermeros señalan que este riesgo es «mucho más acuciante en los miles de ciudadanos que sean designados como parte de las mesas electorales y deban pasar más de doce horas en colegios desprovistos de aire acondicionado».

Además de instalar aparatos de refrigeración, el presidente del organismo, Florentino Pérez Raya, exige que se reparta agua fresca gratuita en los centros de votación para las personas que formen parte de las mesas, los electores y los apoderados, así como los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Recomendaciones de los arquitectos

El Consejo General de la Arquitectura Técnica de España (Cgate) también ha querido pronunciarse al respecto y aportar recomendaciones para que el próximo 23-J sea lo más llevadero posible en lo relativo al calor y los colegios «no se conviertan en auténticos hornos».

Según datos del Cgate, la «gran mayoría de los colegios españoles suspenden en materia de eficiencia energética y las aulas no están acondicionadas frente a las temperaturas extremas (altas y bajas), la humedad relativa del aire y las altas concentraciones de CO2».

Por ello, su presidente, Alfredo Sanz, aconseja que en los centros que no tengan sistemas de climatización se coloquen las urnas en espacios con orientación norte y, si no lo hubiera, instalar elementos que proporcionen sombra e impidan la entada directa de la luz solar, como toldos o persianas.

Igualmente, señala que se deberían procurar corrientes de aire, preferiblemente cruzadas y potenciarlas con el uso de ventiladores, así como evitar las aglomeraciones de personas, por lo que es importante «que se establezcan aforos máximos y se habiliten espacios de espera alternativos».

Cómo identificar un golpe de calor

En esta primera ola de calor del verano ya han fallecido dos personas como consecuencia de las altas temperaturas. Por ello, es conveniente saber identificar un golpe de calor para así poder reaccionar cuanto antes y poder recibir atención médica. Protección Civil señala que los síntomas más habituales son sudoración, piel pálida y fresca, calambres musculares, mareos, somnolencia, dolor de cabeza, falta de concentración, náuseas o vómitos, irritabilidad y sed intensa.

En caso de padecer este trastorno, lo primero que hay que hacer es avisar al servicio de emergencias. Asimismo, es recomendable alejar al afectado de las fuentes de calor, aplicarle frío y abanicarle. La ingesta de agua o de bebidas isotónicas también podría contribuir a la mejora del paciente. En caso de pérdida de conocimiento, podría ser necesaria la práctica de maniobras de reanimación cardiopulmonar.

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