El clima trastoca el turismo en el Mediterráneo: ¿Se beneficiarán otros países?

En los últimos días estamos siendo testigos de los devastadores incendios que están asolando la costa Mediterránea. Tanto el sur de Europa como el norte de África se ven incapaces de sofocar unas llamas que van devorando poco a poco todo lo que se encuentran y que ya se han cobrado una cuarentena de víctimas mortales, la mayor parte en Argelia.

A esto hay que sumarle las altas temperaturas, que superan cada vez con más frecuencia los 40 grados y, en consecuencia, aumentan las evacuaciones de turistas. De esta forma, las regiones que atraen más personas de vacaciones son, a su vez, las más afectadas por los efectos del cambio climático.

Es el caso de Grecia, donde miles de turistas fueron evacuados estos días de las islas de Rodas y Corfú, devastadas por incendios favorecidos por las altísimas temperaturas y la escasez de precipitaciones. El aeropuerto internacional de Rodas se convirtió incluso en un campamento improvisado, invadido por veraneantes sin rumbo.

Lo mismo ocurre en otras zonas del Mediterráneo, donde se han superado con creces los valores medios para la época. Es el caso de Italia, donde en la isla de Cerdeña llegó casi a 48 ºC o a los cerca de 43 en la capital, Roma. Unos lugares que acogen cada verano a millones de turistas y que, si estas temperaturas extremas se perpetúan, se teme que opten por otros destinos.

En Túnez, un país que ya se asomó a la bancarrota en 2020 por la caída del turismo, registró en este mes de julio un récord de 49 grados. Unos valores que rozan los máximos que aguanta el cuerpo humano. Pero es en el caso de Grecia y España donde donde el turismo significa cerca de un cuarto del Producto Interno Bruto (PIB), por lo que mira con temor a este aumento de los mercurios.

El sol sigue atrayendo

A pesar de los valores extremos, el turismo de sol y playa continúa siendo un gran reclamo, especialmente para los ciudadanos del norte de Europa, que carecen de kilómetros de playa y de la buena climatología propia del Mediterráneo.

En declaraciones a AFP, Didier Arino, dirigente del gabinete de consejería Protourisme, en Francia, indica que para sus vacaciones «la gente no sueña con destinos frescos, desean buen tiempo». Igualmente, Kostas Chryssohoidis, viceprefecto del archipiélago del Dodecaneso (Grecia), señala que del domingo al lunes llegaron «24.000 turistas a la isla de Rodas» y solo hubo algunas cancelaciones.

Precisamente sobre este tema quiso pronunciarse esta semana el Ministerio de Turismo de Italia, perteneciente al gobierno de la primera ministra Giorgia Meloni. El Ejecutivo italiano rebajó las alarmas ante cualquier insinuación de que las altas temperaturas o fenómenos meteorológicos pueden frenar la llegada de turistas al país. «No hay emergencia climática y las temperaturas están dentro de la media para estos meses», sentenció.

¿Se beneficiarán otros países?

Los profesionales del sector están de acuerdo en que el turismo cambiará y anticipan que el Mediterráneo podría atraer más visitantes en otras temporadas distintas al verano, y es que muchos de los vacacionistas son jubilados.

Los destinos del norte de Europa han aumentado, en especial en los últimos diez años, y algunos expertos creen que el Reino Unido e Irlanda podrían beneficiarse de este cambio de destinos. No obstante, desde el sector afirman que ya se están empezando a tomar medidas para adaptarse y evitar así que se pierdan visitantes.

Una opción para ello es ampliar la temporada turística, y es que desde abril y hasta finales de septiembre se dan temperaturas propicias para poder disfrutar del sol y la playa, principal reclamo de los países mediterráneos.