Investigadores de 25 universidades concluyen que el bisonte España no sirve para restaurar la naturaleza

Un grupo de investigadores de 25 universidades, incluida la Complutense de Madrid (UCM), advierte que el bisonte europeo no tiene capacidad para restaurar hábitats perdidos en España ni para contribuir a la lucha contra el cambio climático. Así lo señalan en un artículo publicado en la revista Conservation Science and Practice, en el que desaconsejan su introducción como parte de la fauna ibérica.

Los científicos cuestionan los proyectos que promueven la introducción del bisonte europeo bajo la premisa de «restauración de la naturaleza» o rewilding. Aseguran que estas iniciativas no cumplen sus objetivos, ya que el bisonte europeo no es eficaz para prevenir incendios forestales, tarea que sí pueden desempeñar los herbívoros autóctonos, tanto silvestres como domésticos.

Además, destacan que el bisonte europeo no puede ser considerado un sustituto del bisonte de estepa, la especie prehistórica representada en las pinturas de Altamira. Este último era una especie distinta, extinta definitivamente, que habitaba un ecosistema que ya no existe en la actualidad. Por lo tanto, sostienen que no hay una base científica ni histórica para justificar la introducción del bisonte europeo en la Península Ibérica.

Otro argumento es la ausencia de pruebas de que el bisonte europeo haya habitado en algún momento en esta región. Su introducción sería, por tanto, ilegal, según los investigadores. Explican que el bisonte europeo es originario de Europa oriental y no ha logrado establecerse en penínsulas mediterráneas debido a su incapacidad para adaptarse a climas cálidos y áridos sin asistencia humana. Esto incluye provisión de alimento, agua y cuidados veterinarios, factores que explican el elevado índice de fracasos en intentos de aclimatación, marcados por altas tasas de mortalidad.

Los investigadores concluyen que introducir el bisonte europeo en España no contribuye a la restauración ecológica ni a mitigar el cambio climático, y alertan de los riesgos ecológicos y legales de estas iniciativas, que podrían generar más problemas que beneficios.