El lobo se expande por España mientras los ganaderos urgen medidas

La problemática con el lobo en España no cesa. A pesar de que la Comisión Europea se abrió el pasado mes de septiembre a rebajar la protección de este animal, sus manadas siguen expandiéndose por la Península Ibérica y han llegado ya a comunidades que no estaban acostumbradas a su presencia.

Un informe de la Fundación Artemisan aseguraba hace unas semanas que la población del lobo ibérico en España ha aumentado un 26 por ciento desde 2014. En concreto, habla de la existencia unas 400 manadas de lobos compartidas entre las comunidades autónomas y unas 380 exclusivas, lo que equivale a una población estimada de unos 2.800 ejemplares.

Una situación que no afecta solo a las llamadas regiones loberas –Galicia, Asturias, Cantabria y Castilla y León–, sino que también se extiende a otras como la Comunidad de Madrid, La Rioja, Castilla-La Mancha, Aragón, Extremadura, Cataluña y País Vasco.

Los grandes perjudicados de este crecimiento poblacional son los ganaderos y es que, según ese mismo informe, se producen más de 8.000 ataques a ganado extensivo, unos 22 asaltos diarios, con 10.000 cabezas predadas, 27 al día, lo que supone un gasto anual de 3,5 millones de euros en compensación de daños y más de cuatro millones en medidas preventivas.

Medidas de las comunidades

Hasta que Bruselas se ponga en marcha para modificar esta protección especial, son las diferentes comunidades las que están empezando a tomar medidas para que los ganaderos no sufran más las consecuencias de la irrupción del lobo en sus tierras.

Mientras que el gobierno asturiano se compromete a agilizar los pagos y actualizar los baremos de los daños, el de Cantabria asegura que comenzará a trabajar en el Comité de las Regiones (CdR) para que el lobo deje de ser especie protegida en Europa.

En Castilla y León, por su parte, los procuradores del Grupo Parlamentario Popular instarán a la Junta de Castilla y León a realizar un estudio sobre los ataques del lobo al ganado en la región y las medidas preventivas de carácter pasivo más eficaces para disminuir su número y sus daños.

En el caso de La Rioja, su ejecutivo pidió al Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco) este mismo verano que el lobo ibérico dejase de ser una especie animal silvestre protegida ante el aumento de ataques al ganado. Y es que en esa región en el año 2022 se registraron 696 agresiones de estos animales, prácticamente el doble que en el año anterior.

Asimismo, a principios de este mes las comunidades presididas por el Partido Popular presentaron un documento conjunto en Europa en el que solicitan el control del lobo para hacer frente a los «escalofriantes» datos que dejan «una media de 40 reses muertos al día en España».

La secretaria general del PP, Cuca Gamarra, expuso que desde que Sánchez gobierna «tenemos tres millones de cabeza de ganado menos», situación que está produciendo el abandono de esta actividad económica «ante la falta de apoyo del Gobierno y de medidas que, lejos de apoyar, se convierten en persecución».

Estas palabras, sin embargo, han sido criticadas por los ecologistas, que acusan al PP de ofrecer datos falsos y basar su opinión en «bulos». Desde Ecologistas en Acción recalcan que cada vez «hay más explotaciones ganaderas que optan por la coexistencia con esta especie» y esa coexistencia real requiere no matar lobos, por lo que cualquier otra acción es «engañosa y perjudicial para la biodiversidad».

45.000 euros de indemnización

Esta semana se conocía una condena del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL) en la que se obliga a la Junta a indemnizar con más de 45.000 euros a una ganadera por los daños que los ataques de los lobos ocasionaron a su rebaño de vacas a lo largo del año 2020, con un total de cinco ejemplares fallecidos. La Sala de lo Contencioso-Administrativo del TSJCyL cree que la ganadera tiene derecho a esa compensación en concepto de responsabilidad patrimonial de la Junta.

La afectada, según recoge Europa Press, cuenta con 146 hembras reproductoras de raza avileña negra ibérica y destina todos los becerros para cebado y engorde en cenadero propio, si bien se ha visto obligada a destinar hembras a recrío por las bajas causadas por los ataques del lobo.

Estos se produjeron a pesar de que la empresaria adoptó medidas para evitar estas agresiones, como instalar vallados, agrupar el ganado en cercados más pequeños o revisar diariamente el ganado, incluso por las noches. En la reclamación, la afectada solicitó una indemnización que cubría el valor de los animales muertos, la pérdida de fecundidad, los costes asociados a cada ataque y los que conlleva la adopción de medidas para evitar los ataques del lobo al ganado.