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Lingote de iridioAFP

Este es el metal más caro del mundo, que cuesta 4.236 euros por onza

A pesar de que la mayoría de personas creen que el oro es el que más valor económico posee, desde hace unos años esta tendencia ha variado

El pensamiento general conduce a pensar que el metal más caro del mundo es el oro. El tradicional valor que se le ha dado a lo largo de nuestra historia justifica esta idea, que a día de hoy permanece asentada en nuestro imaginario. Sin embargo, solo hace falta buscar los precios de los diferentes metales para ver que la realidad dista, y mucho, de lo que cree el común de los mortales.

El precio del oro está ahora mismo a 1.882,75 euros por onza (lo que equivale a aproximadamente 28,34 gramos). A un precio mucho más económico se sitúa la plata, que ronda los 22 euros por onza. Pero muy por encima se encuentran otros metales de los que seguro muchos no han oído hablar en la vida.

Se trata del iridio y el rodio. Estos dos metales duplican el precio del oro en el mercado actual. En el caso de iridio, se paga a 4.238,19 euros por onza, mientras que el rodio está a 3.955,35 euros la onza.

En el caso del iridio, ha sufrido un incremento astronómico de su precio. Se trata de uno de los metales más raros de la corteza terrestre, y es que se producen solo en torno a tres toneladas al año. Es considerado, además, como el elemento metálico más resistente a la corrosión, al aire, al agua, a las sales y a los ácidos.

Entre sus usos, destaca el de fortalecer las aleaciones. Debido a su alto punto de fusión y resistencia a la corrosión, el iridio es el material preferido para los crisoles y se extrae como un subproducto del níquel. Son Sudáfrica y Rusia los países en los que se concentran sus explotaciones y que, por tanto, tienen el control de este metal.

La importancia del rodio

Aunque sea el iridio el que se alce en estos momentos como el metal más caro del mundo, el mercado fluctúa mucho y es el rodio el que centra las miradas de los inversores y los expertos desde hace años. Y es que en 2021 su valor se disparó hasta el punto de que la onza estuvo por encima de los 27.000 euros.

Desde ese pico, su cotización se ha ido devaluando hasta ser superada por el iridio en la actualidad, lo que no quite que siga situándose notablemente por encima del precio del oro. Esta revalorización ocurre por sus usos: destaca la joyería, ya que sirve para aplicar baños a otros metales y aleaciones, como ocurre con el oro blanco, la plata o el paladio, de manera que refuerza así su brillo y claridad.

Junto al rutenio, el paladio, el osmio y el iridio, el rodio es uno de los «metales platinoides menores». Descubierto en 1803 por el británico William Hyde Wollaston, su función principal es contribuir a reforzar la dureza del platino y del paladio.

De igual manera, sus aleaciones son utilizadas en electrónica por sus propiedades químicas –resistencia eléctrica, resistencia a la corrosión–, en óptica por su solidez y también como catalizador en numerosos procedimientos industriales. Asimismo, es clave en la realización de otros dispositivos claves para la transición energética.