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Tetrataenita

Qué es la tetrataenita, la extraña aleación que puede ser la alternativa a las tierras raras

La producción de este metal podría arrebatar la hegemonía de China en este campo y cambiar por completo la industria tecnológica

China sigue manteniendo el control de las tierras raras a nivel mundial a pesar de los esfuerzos por parte de otras potencias de quitarle esa hegemonía. En Europa, el hallazgo de un yacimiento –el mayor depósito de tierras raras de la Unión Europea– a comienzos de este año abrió la puerta a poder satisfacer una parte sustancial de las necesidades del continente y depender en menor medida del gigante asiático.

De igual manera, Vietnam puja ahora por hacerle la competencia a sus vecinos chinos con la apertura de su mayor mina de tierras raras, de 132 hectáreas, en la provincia de Lai Chau. Y es que este país cuenta con con las segundas mayores reservas del planeta, unos 22 millones de toneladas, según el Servicio Geológico de Estados Unidos.

Pero ese predominio chino se podría ver también amenazado con la llegada de la tetrataenita, una extraña aleación de hierro y níquel que podría dar la posibilidad de fabricar imanes de alto rendimiento como los que se utilizan en la fabricación de coches eléctricos o turbinas eólicas. Esta posibilidad facilitaría que la producción de estos elementos dejase de depender de las tierras raras y que, por tanto, China cesara en sus chantajes, algo que ya ocurrió, por ejemplo, en 2010, cuando cerró el grifo de tierras raras a Japón a raíz de un conflicto territorial.

Un metal extraterrestre

Ha sido un grupo de científicos de la Universidad de Cambridge en colaboración con compañeros de Austria los que han descubierto ese método para fabricar los imanes de alto rendimiento propios de las tierras raras. La tetrataenita es una aleación de hierro, níquel, fósforo y carbono que fue descubierta en 1979 en un meteorito de 320 kilogramos que cayó en 1879 en Estherville, en el Condado de Emmet (Iowa, Estados Unidos) y fue reconocida como mineral en el año 1980.

Por el momento, la tetrataenita solo ha sido descubierta en otros meteoritos, y es que necesita millones de años para formarse de manera natural. De ahí la buena noticia de que haya comenzado a fabricarse en los laboratorios, algo que podría servir para producirla en grandes cantidades y suplir así a los imanes propios de las tierras raras que se utilizan para la realización de las baterías de coches eléctricos, los paneles solares, los aerogeneradores o múltiples aparatos electrónicos.

Su formación natural se produce a partir del enfriamiento de un meteorito durante millones de años, lo que da a los átomos de hierro y níquel suficiente tiempo para ordenarse en una secuencia de apilamiento particular dentro de la estructura cristalina. Como resultado, da un material con propiedades magnéticas cercanas a las de los imanes de tierras raras.

La tetrataenita ya se produjo de manera artificial en 1960 mediante el bombardeo de aleaciones de hierro y níquel con neutrones. No obstante, esta forma fue descartada debido a la imposibilidad de llevar a cabo una producción en masa.