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Parque eólico en el marFreepik

Eólica marina: ventajas e inconvenientes para el medio ambiente de esta energía en alza

A principios de año, el Gobierno aprobó los planes que limitan las zonas en las que se pueden desarrollar este tipo de explotaciones

Es una estampa que poco a poco pasará a ser más habitual en las costas españolas. La presencia de aerogeneradores en el mar es un nuevo paso en las energías renovables que no ha estado exento de polémica. Muchos ciudadanos se quejan del impacto visual de estos molinos, así como de los posibles perjuicios a los fondos marinos, mientras que sus defensores resaltan su importante papel en la descarbonización del sistema eléctrico mundial.

En España, todo comenzó el pasado mes de febrero, cuando el Consejo de Ministros aprobó los primeros Planes de Ordenación del Espacio Marítimo (POEM) que, entre otras cosas, limita las zonas en la que se puede desarrollar este tipo de explotaciones. Aunque la apuesta por esta energía sea ambiciosa, tan solo se puede desarrollar en el 0,46 % de las aguas nacionales. En esa superficie «cabe de sobra» el objetivo de capacidad eólica marina que establece el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, entre 1 y 3 gigavatios (Gw) en 2030, según comentaron entonces fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco).

La eólica marina es una tecnología clave en la Unión Europea, donde crecerá desde los 12 GW actuales hasta los 60 GW en 2030, según la Estrategia UE sobre las Energías Renovables Marinas de la Comisión Europea. Hasta ahora, apenas se había desarrollado en España debido a la elevada profundidad de las aguas territoriales para proyectos con cimentación fija, que era la solución tecnológica consolidada hasta el momento. Por ello, España es una potencia pionera en las incipientes soluciones flotantes para los parques eólicos marinos: de las 27 identificadas a escala global, siete son españolas.

Al igual que la terrestre, la eólica marina trata de aprovechar la fuerza del viento para producir energía, solo que en este caso se hace con aerogeneradores instalados en alta mar. Allí, según explican desde Iberdrola, es donde el viento alcanza una mayor velocidad y es más constante debido a la inexistencia de barreras.

Pero, ¿cómo afecta esto al medio ambiente? Se trata de un tipo de energía no contaminante, además de inagotable, que aprovecha un recurso natural, el viento. Según expresan sus defensores, otra de sus ventajas es que, al ubicarse mar adentro, el impacto visual y acústico es muy pequeño, por lo que se pueden aprovechar superficies muy extensas.

Además de no emitir gases de efecto invernadero, nutren de una buena cantidad de energía eléctrica, ya que son capaces de producir más cantidad que los terrestres. Este tipo de parques eólicos tienen una vida útil de 25 años, según indica Repsol, lo que garantiza la producción de energía limpia y sin emisiones de forma ininterrumpida durante todo este período.

Polémicas

Sin embargo, sus detractores creen que el impacto visual existe aunque sea a kilómetros de tierra. Una de sus principales desventajas, no obstante, es su elevado coste, y es que debido al poco peso del viento las máquinas han de ser grandes –los aerogeneradores tienen que medir más de 30 metros– y, en consecuencia, más caras.

Otras dificultades residen en que el nivel de corrosión es más alto que en tierra debido a la sal que abunda en el mar, así como las dificultades existentes para su transporte y el mantenimiento de las instalaciones

Pero, sin duda, esta práctica es muy criticada por parte de la industria pesquera, ya que los profesionales aseguran que tiene un fuerte impacto en esta actividad. Un informe de expertos del Observatorio del Litoral de la Universidad de La Coruña (UDC), detectó un total de «11 ilegalidades e irregularidades manifiestas» de cuestiones como la ley de protección del medio marino y la directiva marco de Ordenación del Espacio Marino, de manera que aseguran que para la aprobación de los POEM «no se han tenido en cuenta» los impactos ambientales, sociales y de sostenibilidad para ajustarse a la legalidad vigente.

No obstante, para proceder a la instalación de alguno de estos parques hay que seguir una serie de trámites. Para empezar, es necesaria una Declaración de Impacto Ambiental (DAI) que resulte positiva y, ante todo, un estudio sobre la compatibilidad del proyecto con otros usos del espacio marítimo. Para conseguir estos trámites es necesario realizar una serie de estudios muy rigurosos y exhaustivos en la zona durante los años previos al proyecto, que deben contener información relativa a la compatibilidad del parque eólico con el entorno y medio ambiente.