China ya extrae petróleo y gas del pozo de 10 kilómetros excavado en la corteza terrestre
El pasado mes de mayo China sorprendía al mundo con otra de sus extravagantes megaconstrucciones: un pozo –llamado Yuejin 3-3XC– de 10 kilómetros de profundidad situado en Taklamakán, el segundo mayor desierto de dunas del mundo en la región autónoma uigur de Xinjiang, en el noroeste del país.
Se trataba del mayor proyecto de excavación de China, que terminó a finales de octubre tras 177 días de trabajos. Aunque en un primer momento se pensaba llegar a los 11 kilómetros de profundidad, finalmente el agujero tiene 9.432 metros de abismo, convirtiéndose en el más profundo de Asia pero no del mundo, ya que no ha logrado superar al de Kola, en Rusia, que tras 20 años de excavación alcanza los 12.262 metros.
Tras la finalización de la obra, la Corporación China de Petróleo y Químicos (Sinopec) reconoció que Yuejin 3-3XC había arrojado resultados positivos, al obtener un flujo de petróleo de 200 toneladas y 50.000 metros cúbicos de gas por día, aunque se prevé que alcance la cifra diaria de 1.000 toneladas, según han informado los medios chinos.
Los más de nueve kilómetros de este agujero superan al anterior récord de 8.938 metros llevado a cabo por la misma compañía en el pozo de Shunbei 84, terminado en el mes de marzo y del fluyen 1.017 toneladas de petróleo al día.
Y es que esta práctica se ha puesto de moda en el país. Esta misma empresa ha perforado cerca de 50 pozos de petróleo y gas con una profundidad promedio de más de 8.000 metros, y es que Sinopec ha establecido cuatro campos petrolíferos y de gas natural en la cuenca de Tarim. Su importancia es tal que alberga en torno al 83 % de las reservas de petróleo y el 64 % de gas del gigante asiático.
Una ambición de Xi Jinping
Esta llamativa iniciativa responde a la petición directa del dictador chino, Xi Jinping, de realizar más excavaciones en el subsuelo para así poder identificar recursos minerales y energéticos, y es que el incesante crecimiento poblacional del país hace que el consumo también siga aumentando.
Con ello pretende consolidar a China no solo como potencia tecnológica y científica, sino también energética y sumarlo así a su dominio mundial en tierras raras –esenciales para la construcción de ordenadores, paneles solares, aerogeneradores o coches eléctricos–.
El líder chino persigue llevar a cabo este tipo de megaconstrucciones a pesar de la complicación de las obras. Sun Jinsheng, integrante de la Academia de Ingeniería de China, subrayó durante la perforación del pozo Yuejin 3-3XC que la dificultad de construcción del proyecto de perforación «se puede comparar con la conducción de un camión grande sobre dos cables de acero delgados».
Desde el gigante asiático se ha explicado que los propósitos de este tipo de excavaciones son, por un lado, la investigación científica y por otro la búsqueda de gas y petróleo. Así lo contaba Lyu Xiaogang, representante de la mayor empresa de crudo y gas del país. El trabajador asegura que el plan servirá para apuntalar las capacidades tecnológicas de PetroChina en excavaciones de gran profundidad y fabricación de nueva maquinaria.