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Manifestación en favor del planetaEFE

El 40 % de los jóvenes cree que la crisis ecológica «se está exagerando»

Un 47 % de los encuestados se muestra más pesimista y opina que la batalla para salvar el medio ambiente ya está perdida

La agenda de todos los países del mundo, especialmente los más desarrollados, se centra en disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera para intentar así frenar el calentamiento del planeta, que podría tener efectos devastadores en el clima.

Esta lucha está, sin embargo, generando cierto rechazo en algunos estratos sociales que ha llegado ya a los más jóvenes. Según el informe Jóvenes y medioambiente, publicado por el Observatorio de la Juventud de la Fundación SM, un 40 % de los jóvenes cree que la llamada crisis ecológica de la humanidad «se está exagerando mucho», aunque matiza que sí que existe una preocupación generalizada por esa crisis medioambiental.

Sin embargo, el 72 % considera que se debe dar prioridad a la cuestión medioambiental y confían en que la ciencia y la tecnología evitarán que la Tierra sea inhabitable. Un 47 % se muestra mucho más negativo al creer que esa batalla para salvar el medio ambiente ya está perdida, de manera que predomina entre las nuevas generaciones una visión pesimista con respecto al futuro de la humanidad.

Entre los encuestados, unos 1.500, las emociones manifestadas con respecto a la problemática medioambiental se identifican, principalmente, con la impotencia (45 % de las menciones), el miedo (42 %) y la tristeza (36 %). Más del 70 % consideran, además, que somos incapaces de abandonar «nuestro estilo de vida consumista».

Los jóvenes señalan a las grandes empresas como principales responsables de la crisis ecológica y creen que solo la Unión Europea, junto con las Naciones Unidas y su propia generación, abordan seriamente esta cuestión. La mayoría considera que la protección del medio ambiente debe ser una prioridad política y desconfía de la voluntad de los líderes políticos para implementar acuerdos internacionales. Además, muchos piden transiciones ecológicas justas, con impuestos que recaigan especialmente en personas con mayores recursos.

Sí al reciclaje, pero no a cambios en su estilo de vida

Los jóvenes muestran un alto nivel de conciencia sobre el reciclaje y la compra de productos sostenibles, pero son reacios a realizar cambios radicales en sus estilos de vida. Aproximadamente un tercio se identifica como activista ambiental, participando en discusiones sobre el cambio climático, actividades de conservación y proyectos comunitarios de concienciación ambiental. Las redes sociales son su principal fuente de información, y valoran las opiniones de la comunidad científica como las más confiables.

La investigación destaca la necesidad de una educación «centrada en la dimensión ecosocial» para fomentar el compromiso de los jóvenes en la lucha contra el cambio climático. El 82 % demanda más educación ambiental en las escuelas, considerándola la medida más efectiva junto con cambios en la legislación y en el consumo.

Lander Gaztelumendi, vicepresidente de la Fundación SM, destaca la importancia de comprender las posturas de los jóvenes en un momento crucial para el planeta. Se espera que la investigación contribuya a la formación, capacitación y acompañamiento de los jóvenes como agentes activos en la toma de decisiones y la proposición de soluciones prácticas.

Sin sacrificio económico

La Fundación Cepsa y la consultora Red2Red han realizado otra investigación que afirma que, si bien los jóvenes son los más dispuestos a contribuir con sus comportamientos en cuidar el medio ambiente, la tendencia es otra cuando se habla de medidas que implican un «sacrificio económico».

Aunque los jóvenes españoles se sitúan a la cabeza en la instalación de placas solares (el 90 %), lideran la reparación de electrodomésticos usados (86 %) y encabezan el consumo de productos de segunda mano (64 %), cuando se habla de una mayor contribución fiscal para sostener la transición energética, estos lo respaldan solo en un 44,5 %.

Son, en este caso, las personas de mayor edad –65 o más– las que presentan una mayor disposición a la hora de pagar más impuestos para facilitar el proceso de transición ecológica y comprar productos ecológicos, aunque sean más caros, refleja el informe.