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Imagen de archivo de un siluro

Imagen de archivo de un siluroEFE

Preocupación por el avance del siluro, el pez gigante que pone en peligro los ríos de España

Este pez, que puede pesar hasta 200 kilos, pone en riesgo los ecosistemas de los ríos de España tras ser introducido en los años 70

Fue en el año 1974 cuando un pescador alemán introdujo miles de alevines de siluro –una especie procedente de Centroeuropa, Asia Central y Asia Menor– en el río Ebro para poder capturarlos con el paso del tiempo. No obstante, este acto se ha convertido en una amenaza para los ecosistemas fluviales de España, ya que el animal ha demostrado una capacidad de adaptación y crecimiento alarmantes.

Su presencia se ha ido extendiendo durante este período por numerosos cuerpos de agua de la Península hasta el punto de alterar la actividad pesquera y poner en peligro las especies endémicas. Y es que se trata de un pez de considerables dimensiones, que habitualmente superan los 100 kilos de peso y los dos metros de longitud, aunque se han dado casos de ejemplares de hasta 270 kilos y tres metros de largo.

De cuerpo alargado, su piel es escamosa y está recubierta de mucosidad y posee una gran cabeza ancha y aplanada. También se le conoce como pez gato debido a los seis barbillones peribucales que tiene, una especie de bigotes que hace que recuerden a los mininos.

El siluro es un depredador que resiste bien las aguas fangosas y que se ha llegado a extender por varios ríos españoles, desde el Ebro al Guadalquivir, pasando por el Duero, además sus respectivos afluentes. Desde el Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco) reconocen que tiene un fuerte impacto ecológico y que altera la «estructura trófica de los ecosistemas acuáticos», además de constituir un depredador de las especies nativas.

De hecho, es la especie de pez de agua dulce más grande de Europa, la tercera más grande del planeta y se caracteriza por ser un depredador de gran impacto, cuya distribución nativa se extiende por Alemania, Polonia, Suecia, estados bálticos, Rusia, Turquía e Irán hasta Kazajstán y Uzbekistán.

La Federación Andaluza de Pesca Deportiva califica a este pez como un intruso en el bajo Guadalquivir que está «poniendo en riesgo la cadena trófica y el natural funcionamiento de la vida del río». Además, añaden que se trata de «una bomba de relojería que puede estallar en Doñana». Y es que desde la Universidad de Córdoba (UCO) destacan que, además de Doñana y su entorno, se trata de una importante zona económica, «porque hay una pesquería muy importante de cangrejo rojo, de albures, de muchas especies de interés comercial que se verían afectadas».

Algo en lo que coincide la Federación de Pesca y Cásting de Castilla y León, que apunta que cada vez es más frecuente pescar este pez y es que «si no tiene enemigo tiende a reproducirse». Tal y como explican, su presencia ya ha hecho mella en poblaciones de lucioperca o albures, así como la de cangrejos o carpas.

30.000 huevos por kilo

Su rápida expansión por los ríos de España se debe, en parte, a su gran capacidad de reproducción. Y es que las hembras de esta especie pueden producir hasta 30.000 huevos por kilo de peso corporal, además de que su esperanza de vida es larga, de unos 30 años de media pudiendo llegar hasta los 80.

Desde las distintas asociaciones de pesca denuncian que solo se puede pescar en el 2 % de algunos de los ríos más afectados por la presencia del siluro, como son el Pisuerga o el Duero. De esta forma, la mayoría de estos peces desarrollan una vida completa, lo que favorece su procreación. Desde las autoridades recuerdan a los profesionales que, de pescarlos, se deben sacrificar y no devolver al agua, debido a que son una especie exótica invasora.

Para paliar la presencia de este pez en aguas españolas, el Miteco, con la coordinación de la Universidad de Córdoba y la participación de la Universidad de Oviedo, la Universidad de Sevilla y el Instituto de Formación e Investigación Agraria y Pesquera de Andalucía (IFAPA), ha desarrollado el proyecto #StopSiluro, con medidas de control y evaluación de la especie en el Bajo Guadalquivir. El objetivo central del trabajo es caracterizar la invasión del siluro en el Bajo Guadalquivir desarrollando un enfoque multidisciplinar que combina técnicas avanzadas de monitoreo y análisis, sensibilización comunitaria y estrategias de gestión a medio-largo plazo.

Con todo, los pescadores y medioambientalistas urgen a las administraciones a tomar más medidas para que este pez invasor deje de copar los ríos españoles, ya que con ello peligra la biodiversidad autóctona.

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