Consiguen crear hormigón utilizando palas de aerogeneradores obsoletos
La energía eólica ha sufrido un crecimiento espectacular en los últimos años. Según datos facilitados por Iberdrola, en la última década esta tecnología aumentó su producción anual en Europa en un 51,5 %, lo que lleva a que en 2022 esta renovable cubriera una cifra récord del 17 % de la demanda de los Veintisiete junto con el Reino Unido.
La ambición de descarbonizar el mundo, dependiendo cada vez menos de los combustibles fósiles, ha empujado a todos los países a promocionar estas vías renovables, como la energía eólica y la fotovoltaica. No obstante, además del impacto ambiental que pueden llegar a causar, ya existen instalaciones que llevan varias décadas instaladas y comienzan a quedarse obsoletas. Ante el aumento de aerogeneradores que se produce en la actualidad, ¿cómo se van a tratar estos materiales cuando toque jubilarlos?
Precisamente en este punto lleva varios años trabajando un grupo de investigadores de la Universidad de Burgos, estudiando cómo reutilizar los residuos procedentes de este tipo de energías y, en concreto, las palas de los aerogeneradores, cuyo reciclaje es complicado debido a su variada composición, con resinas poliméricas, fibras de vidrio, poliuretano o madera de balsa. Y es que la retirada de los aerogeneradores obsoletos genera una cantidad enorme de residuos, especialmente sus palas y el hormigón de sus cimentaciones, motivo por el que es necesaria la búsqueda de soluciones para reciclar estos residuos.
Una de las posibles soluciones consiste en convertir las palas de los aerogeneradores desmantelados y el árido de hormigón reciclado de sus cimentaciones en materias primas nobles para fabricar hormigones, técnica y económicamente viables para su uso en diferentes aplicaciones, como la construcción de edificios o la obra civil.
Vanesa Ortega López, investigadora principal del proyecto, matiza que el proyecto se plantea como una necesidad real, por lo que se trabaja junto con las empresas del sector eólico y de la construcción «para proporcionar soluciones innovadoras y competitivas de I+D+i que permitan la expansión de la industria eólica, ajustándose a sus necesidades, medios y posibilidades, sin comprometer el medio ambiente», explica.
Los investigadores han conseguido incluir hasta un 10 % de estos componentes en la formación de nuevos hormigones, que es el material de construcción más utilizado del mundo. Por ello, creen que de incorporarse a su formación podrían encajarse todos esos residuos y poder frenar un inevitable acumulado de desechos, ya que España es el quinto país del mundo con una mayor potencia eólica instalada.
En la actualidad, el grupo de investigación está involucrado en tres proyectos activos, según informa Burgos Conecta. El primero se enfocó en el tratamiento de la pala, el corte y la trituración, así como en definir los porcentajes adecuados a incorporar en el hormigón. El segundo se centra en incrementar los porcentajes de triturado de pala en las mezclas, además de combinarlo con árido proveniente de hormigón reciclado. Y el tercer y último proyecto es un ensayo conceptual que implica la pavimentación de una calle como prueba piloto.
Creación de mobiliario
Otras ideas han llevado a utilizar las palas de los aerogeneradores que han terminado su vida útil como mobiliario para hogares. Así lo lleva haciendo años la empresa gallega Ventos Metódicos, que transforma estas partes de los molinos en mobiliario industrial, urbano, de oficina o doméstico a través de una técnica «pionera en el sector del reciclado», explican.
Los componentes y las estructuras de estos elementos se extraen –aprovechándose de manera íntegra– del propio molino para su posterior desmontaje. Desde la compañía indican que, sin desperdiciar ningún material, se procede a su traslado gracias a una técnica de corte que permite un transporte sencillo y eficaz. Se trata de un proceso físico y completamente sostenible donde el impacto de la huella de carbono es «inexistente».