Día Internacional de la Lucha contra las Tormentas de Arena y Polvo
La cantidad de polvo en el aire se redujo en 2023
La Organización Meteorológica Mundial señala que la concentración media mundial el año pasado fue ligeramente inferior a la del anterior
En 2023, la cantidad de polvo en el aire disminuyó ligeramente en comparación con el año anterior, informó la ONU el viernes. Sin embargo, la organización advirtió que la mala gestión ambiental sigue fomentando las tormentas de polvo y arena.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM), una agencia de la ONU, también destacó la necesidad de una mayor vigilancia ante el cambio climático, ya que una superficie terrestre más seca aumenta la cantidad de polvo en el viento.
En su informe anual sobre la incidencia de las tormentas de polvo y arena, la OMM señaló que la concentración media mundial de polvo en el aire en 2023 fue un poco menor que la registrada en 2022. Esta disminución se debe a mejoras en regiones como el norte de África, la península de Arabia, la meseta iraní, el norte de India, el centro de Australia y el noroeste de China. No obstante, la situación empeoró en Asia Central, el norte de China y el sur de Mongolia.
La peor tormenta de arena del año 2023 ocurrió en Mongolia en marzo, afectando más de 4 millones de kilómetros cuadrados, incluyendo algunas provincias chinas, según la OMM. Esta tormenta masiva fue provocada por un ciclón en Mongolia y se intensificó por un viento frío de superficie que levantó grandes cantidades de arena. «La tormenta causó una caída drástica en la calidad del aire y redujo la visibilidad a menos de 500 metros en partes de Pekín», explicó la OMM.
Las tormentas de arena y polvo tienen impactos significativos en la economía, los ecosistemas, la meteorología y el clima. Aunque son en gran parte fenómenos naturales, la actividad humana puede exacerbar su frecuencia e intensidad, según el informe de la OMM.
«La evidencia científica demuestra que las actividades humanas influyen en las tormentas de polvo y arena. Por ejemplo, las temperaturas más altas, la sequía y la evaporación conducen a suelos más secos», afirmó Celeste Saulo, la directora argentina de la OMM. «Combinado con una mala gestión de la tierra, esto resulta en más tormentas de polvo y arena», agregó.
La publicación de este informe coincide con la celebración del Día Internacional de la Lucha contra las Tormentas de Arena y Polvo, que se conmemora el 12 de julio.