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El electrolizador más grande del mundo, en Noruega

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Medio ambiente

Qué es un electrolizador y por qué es clave en la generación de hidrógeno, la gran apuesta renovable

La ambición por descarbonizar el planeta pasa por producir energía con menos emisiones, por lo que los diferentes países están invirtiendo en esta senda

El planeta tiene como objetivo para los próximos años acometer un cambio en su manera de producir energía. En los últimos años ya se ha comenzado a avanzar en este sentido, y es que actualmente las energías renovables representaron ya el 23 % del consumo de energía de la Unión Europea, una de las zonas más avanzadas en este respecto.

Sin embargo, si los diferentes países quieren cumplir los objetivos fijados en el Acuerdo de París. Para mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 °C es necesario que las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera se reduzcan alrededor del 45 % para 2030 y que se alcance el cero neto hacia 2050.

Por ello, los esfuerzos se centran ahora en descarbonizar la producción energética. La instalación de placas solares y aerogeneradores ha protagonizado los últimos años, pero ahora se está haciendo hincapié en el hidrógeno.

Para ello, cobran importancia los electrolizadores, unos dispositivos que, mediante la aplicación de electricidad, generan un proceso químico (electrólisis) que es capaz de separar las moléculas de agua en sus dos componentes: hidrógeno y oxígeno.

Este proceso de electrólisis es esencial para la obtención de hidrógeno verde. Tal y como explican desde Iberdrola, contar con electrolizadores eficientes será clave para la penetración del hidrógeno en las industrias y la adopción de las pilas de combustible de hidrógeno. De ahí su importancia.

En Repsol describen el funcionamiento de este aparato: consta de dos electrodos, un ánodo (o electrodo negativo) y un cátodo (o electrodo positivo), que son los encargados de hacer pasar la corriente eléctrica por el agua y llevar a cabo el proceso de «rotura» de las moléculas, conocido como electrólisis. Cuando la energía eléctrica empleada proviene de fuentes renovables, el proceso es cien por cien sostenible.

Dificultades para generar hidrógeno

El hidrógeno es el elemento más abundante del universo, por lo que, tal y como comentan en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) es «clave para potenciar la transición hacia un modelo energético impulsado por fuentes de energía renovable».

La dificultad reside en que para obtener hidrógeno hace falta energía eléctrica, y si esta proviene de combustibles fósiles se generarían emisiones. No obstante, al convertir el hidrógeno en energía, el único residuo que genera es vapor de agua, por lo que no sería en ningún caso perjudicial para el medio ambiente. Además, esta tecnología permitiría almacenar grandes cantidades de energía durante largos períodos de tiempos, algo que solucionaría el problema que actualmente tenemos con las energías renovables como la solar o la eólica.

Lo principal es obtenerlo a través de esas energías renovables para crear el llamado hidrógeno verde. Hasta ahora, la mayor parte de este elemento se genera a partir de combustibles fósiles, dado que es la forma más eficiente y económica.

La Agencia Internacional de la Energía (IEA) data estas emisiones en unas 900 millones de toneladas anuales de CO₂, algo que se podría reducir, o incluso eliminar, si se prioriza el hidrógeno verde. Además, reemplazar todo el hidrógeno gris (producido a partir de metano o gas natural) mundial significaría 3.000 TWh renovables adicionales al año —similar a la demanda eléctrica actual en Europa—.

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