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26 de septiembre de 2024

Una mujer iraní en un lago seco

Una mujer iraní en un lago seco

Las consecuencias de agotar los acuíferos: Grietas y socavones hunden los suelos de Irán

El agotamiento en las aguas subterráneas del país está llegando a un punto crítico, ya que grandes áreas se sumen a un ritmo de más de 10 centímetros al año

Irán se hunde. Este país del golfo Pérsico, con aproximadamente 84 millones de habitantes, sufre una sequía generalizada y sin precedentes desde 2021, algo que ejerce una presión devastadora y cada vez más insostenible sobre la salud y los ingresos de la población, según recalcan desde la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.

Esto ha obligado a los iraníes a lanzarse al bombeo intensivo de aguas subterráneas para poder abastecer a la población de agua para la bebida, la higiene, la agricultura, la ganadería y la energía eléctrica. Esta actividad es la principal responsable de la degradación de los acuíferos y del hundimiento generalizado de la tierra en ese país, según confirma un estudio científico publicado en la revista Science.

Esta investigación afirma que el agotamiento en las aguas subterráneas de Irán está llegando a un punto crítico. Y es que, según los análisis de las imágenes satelitales del país, grandes áreas de tierra se hunden a un ritmo de más de 10 centímetros al año y enormes grietas y socavones se abren por todo el territorio. Esto se debe, según los científicos, a una extracción excesiva de esa agua subterránea. Unas reservas que podrían tardar cientos o miles de años en ser repuestas.

Estos cambios en el terreno de Irán están provocando, además, estragos en sus comunicaciones, ya que están ya afectando a infraestructuras como los aeropuertos, las carreteras o la red ferroviaria. Al menos el 3,5 % de la superficie está ya hundiéndose y es la provincia de Kerman –al sureste del país– la que está sufriendo la peor parte, con tasas de hundimiento de más de 35 centímetros anuales.

1.700 millones de metros cúbicos al año

Los resultados del estudio sugieren un agotamiento anual de las aguas subterráneas de 1.700 millones de metros cúbicos de los acuíferos confinados y semiconfinados. Este estrés a los recursos hídricos se deben a que la población se ha cuadruplicado en las últimas seis décadas, así como a la presión ejercida por la rápida industrialización y la agricultura expansiva.

Tal y como se expone en el trabajo, el agua subterránea es sustento para casi una cuarta parte de los habitantes de Irán, particularmente en las regiones áridas y semiáridas. La demanda de agua subterránea supera su capacidad de reposición, alterando el delicado equilibrio del ciclo natural del agua. «Este estrés hídrico no solo pone en peligro a las comunidades, sino que también desencadena desequilibrios ecológicos», por lo que urgen a una exploración de las consecuencias del agotamiento de las aguas subterráneas.

Los autores destacan que, si bien el sector agrícola es el principal usuario de las aguas subterráneas, es un sector económico importante que utiliza el 17 % de la población de Irán y contribuye con el 10 % del producto interior bruto (PIB) del país. Sin embargo, las prácticas de riego ineficientes han dado como resultado un bombeo insostenible de las aguas subterráneas y la degradación de los recursos hídricos.

Problema generalizado

Pero esta situación no es exclusiva de Irán. Dos tercios de la población mundial se enfrentan a la escasez de agua durante al menos un mes al año. Por tanto, el uso insostenible de los recursos de agua subterránea y el hundimiento del terreno asociado representa un desafío global. Las consecuencias son severas y de impacto inmediato: la disminución de los niveles de los acuíferos, la reducción de lagos y la desaparición de humedales son claros indicadores del estrés hídrico en muchas zonas del mundo.

Ampliar este tipo de evaluaciones a otras regiones afectadas por la escasez de agua, concluye la investigación, podría mejorar la comprensión de la crisis hídrica local y facilitar una gestión más sostenible de los recursos. Además, a medida que el uso de técnicas como el aprendizaje automático y profundo se expande en el estudio del hundimiento de tierras y el agotamiento de aguas subterráneas, los datos generados podrían servir como conjuntos de entrenamiento para mejorar la precisión de estos modelos.

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