Así es la isla más pequeña que está separada por una frontera terrestre internacional
Mide unos 350 metros de largo por 150 de ancho, tiene una superficie de poco más de tres hectáreas y está compartida entre Suecia y Finlandia
El mundo está repleto de lugares curiosos y llamativos. Desde parajes naturales imposibles hasta pueblos y ciudades que se encuentran en sitios inexplicables, pasando por territorios que, debido en muchos casos a su situación estratégica, tienen peculiaridades geográficas.
Uno de ellos es la isla de Märket. Se trata de una pequeña isla de apenas un kilómetro de perímetro situada en el mar Báltico que está compartida entre dos estados: Finlandia y Suecia. En concreto, mide unos 350 metros de largo por 150 de ancho y tiene una superficie de poco más de tres hectáreas.
Probablemente emergió a la superficie durante el siglo XVI gracias al rebote isostático. Desde 1809 se compartió entre Suecia y el Imperio ruso, motivo por el que se estableció una frontera entre ambas partes de costa a costa que la convierten en la isla más pequeña separada por una frontera terrestre internacional.
Cuenta simplemente con un faro y tiene una orografía rocosa y desnuda. Desde que este se automatizara en el año 1977, nadie reside en esta isla compartida entre dos países, aunque sí que cuenta con fauna salvaje.
Es posible acudir a este pequeño territorio a modo de visitante, tanto a bordo de una embarcación privada como mediante algunos servicios turísticos para poder observar, entre otras cosas, las focas que habitan en ella. Cada 25 años la frontera es inspeccionada por agentes de los dos países para asegurarse de que se cumple la división establecida en el Tratado de Fredrikshamn.
Pero la división de la frontera no ha estado exenta de polémica. En 1981, nuevas mediciones cartográficas revelaron que el faro, hasta entonces considerado como ubicado en el lado finlandés de la isla, en realidad estaba en territorio sueco. Ante esta situación, Suecia y Finlandia acordaron modificar la frontera para que el faro y los edificios adyacentes quedaran en Finlandia, mediante un intercambio territorial.
Dado que las fronteras marítimas no podían modificarse sin afectar las zonas de pesca, se optó por intercambiar superficies de tierra dentro de la propia isla. Así, el 1 de agosto de 1985, la frontera se ajustó, adquiriendo una forma de S de unos 490 metros de longitud, en lugar de los 100 metros que tenía previamente.