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El ritmo de calentamiento de los océanos casi se duplicó desde 2005

Este fenómeno se debe a que los océanos han absorbido más del 90 % del calor extra generado por el sistema climático desde 1970

El calentamiento de los océanos casi se ha duplicado desde 2005, y más de una quinta parte de la superficie oceánica global sufrió intensas olas de calor en 2023, según un informe del observatorio europeo Copernicus publicado el lunes. «El calentamiento de los océanos es un indicador clave del calentamiento global. Ha estado en constante aumento desde la década de 1960, y desde aproximadamente 2005, la velocidad de este calentamiento se ha duplicado», explicó la oceanógrafa Karina Von Schuckmann durante la presentación del 8º informe Copernicus sobre el estado de los océanos.

El informe señala que los océanos han estado absorbiendo calor a un ritmo de 1,05 vatios por metro cuadrado desde 2005, en comparación con los 0,58 vatios por metro cuadrado en las décadas previas. Estos hallazgos refuerzan las conclusiones del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), que en 2019 indicó que es «probable» que la velocidad de calentamiento de los océanos se haya «más que duplicado desde 1993».

Este fenómeno se debe a que los océanos han absorbido más del 90 % del calor extra generado por el sistema climático desde 1970, principalmente como resultado de las emisiones de gases de efecto invernadero producidas por la actividad humana, según el IPCC.

Los océanos, que cubren el 70 % de la superficie de la Tierra, juegan un papel crucial en la regulación del clima. El aumento de la temperatura de sus aguas favorece la aparición de huracanes y tormentas más violentas, provocando destrucción e inundaciones.

Además, este calentamiento ha ido acompañado de un incremento en las olas de calor marinas. En 2023, el 22 % de los océanos del mundo experimentaron al menos una ola de calor intensa o extrema.

Impacto en la pesca

Las olas de calor marinas abarcan áreas más grandes y tienden a durar más tiempo. Desde 2008, la duración máxima anual promedio se ha duplicado, pasando de 20 a 40 días. En el noreste del mar de Barents, en el Ártico, «el fondo marino parece haber entrado en un estado permanente de ola de calor», según un estudio citado por Von Schuckmann.

En agosto de 2022, las aguas costeras de las Islas Baleares alcanzaron una temperatura récord de 29,2 °C, la más alta en esa región en 40 años, según el informe. Ese mismo año, una ola de calor en el Mediterráneo alcanzó una profundidad de 1.500 metros, lo que demuestra cómo el calor puede extenderse a lo largo de toda la columna de agua.

Estos eventos extremos pueden provocar la migración masiva y la mortalidad de especies, dañar ecosistemas y afectar la capacidad de los océanos para mezclar sus capas, dificultando la distribución de nutrientes. Asimismo, estas olas de calor pueden afectar la productividad pesquera, lo que tendría un impacto directo en la industria, señaló Von Schuckmann.

El informe también destaca que la acidez de los océanos ha aumentado un 30 % desde 1985, ya que estos absorben una cuarta parte del CO2 emitido por las actividades humanas. Cuando la acidez del agua sobrepasa un cierto límite, se vuelve corrosiva para las estructuras de corales, mejillones, ostras y otras especies marinas. Este umbral, considerado un «límite planetario», podría superarse pronto, según un informe reciente del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático (PIK).