Empieza la negociación para un tratado mundial contra la contaminación por plásticos
En 2019, se produjeron 460 millones de toneladas de plástico, de las cuales más del 90 % no se recicla
La última ronda de negociaciones para un tratado global contra la contaminación por plásticos inició este lunes en Busan, Corea del Sur, en una semana crucial tras el polémico cierre de la COP29 sobre el clima. Luis Vayas Valdivieso, diplomático ecuatoriano y presidente de las conversaciones, destacó la importancia del encuentro, señalando que las decisiones tomadas en estos días «marcarán la historia».
La contaminación plástica afecta incluso a las nubes y las fosas oceánicas más profundas, así como a partes del cuerpo humano, como el cerebro y la leche materna. A pesar del consenso sobre el problema, las opiniones difieren sobre cómo abordarlo. Los debates en Busan abordan temas sensibles como limitar la producción de plásticos, prohibir químicos tóxicos y financiar medidas necesarias.
En 2019, se produjeron 460 millones de toneladas de plástico, de las cuales más del 90 % no se recicla. Cada año, más de 20 millones de toneladas acaban en la naturaleza, y el plástico representa un 3% de las emisiones de carbono debido a su origen en combustibles fósiles.
Las negociaciones enfrentan dos posturas. La Coalición de Alta Ambición (HAC), integrada por Estados africanos, europeos y asiáticos, aboga por un tratado integral que cubra todo el ciclo de vida del plástico, desde su producción hasta su disposición final. En contraste, grandes productores de petróleo, como Rusia y Arabia Saudita, prefieren limitar el tratado a la gestión de residuos.
Las tensiones han estancado rondas anteriores, generando un borrador de más de 70 páginas considerado impracticable. Para avanzar, Valdivieso presentó un proyecto simplificado que resalta consensos, como el impulso a plásticos reutilizables. Su propuesta obtuvo respaldo el lunes, aunque con inicial resistencia de Rusia, Arabia Saudita e Irán.
La comunidad internacional tiene apenas 63 horas de trabajo para cerrar un acuerdo en Busan. Sin embargo, observadores temen que las negociaciones resulten en un tratado poco ambicioso para evitar un fracaso. Estados Unidos y China, sin una posición clara, jugarán un rol clave. Aunque Estados Unidos insinuó apoyar límites a la producción, un posible retorno de Donald Trump a la presidencia genera incertidumbre sobre su compromiso con el tratado.
El desenlace de esta conferencia definirá la respuesta global a uno de los problemas ambientales más urgentes de nuestra era.