¿Qué son los vientos de Santa Ana, que avivan los incendios de Los Ángeles?
Con rachas que han superado los 150 kilómetros por hora, han contribuido a propagar los fuegos de manera «explosiva»
Los vientos de Santa Ana, también conocidos como vientos catabáticos, han alcanzado velocidades superiores a los 150 kilómetros por hora, agravando los incendios devastadores en Los Ángeles en los últimos días. Estas corrientes de aire recalentado se desplazan desde el interior del continente hacia la costa de California, facilitando la propagación descontrolada del fuego.
Según Samuel Biener, meteorólogo del portal Meteored, este tipo de vientos no son infrecuentes en la región, aunque en esta ocasión han sido especialmente intensos. «Provocan un aumento de las temperaturas y una caída drástica de la humedad», explicó Biener, quien señaló que suelen durar alrededor de dos días, aunque en ocasiones pueden extenderse hasta una semana.
Los vientos de Santa Ana, que toman su nombre de un cañón en el interior de California, han coincidido con una sequía severa en la región, creando «las condiciones perfectas para que cualquier fuego se propague de manera explosiva», afirmó el meteorólogo. Este episodio se suma a un periodo prolongado de lluvias escasas, lo que ha generado un estrés hídrico significativo en la vegetación.
Biener comparó este fenómeno con los vientos del sur en el Cantábrico o los vientos de poniente en el Mediterráneo, que también descienden de montañas, se recalientan y pierden humedad, generando condiciones propicias para incendios. «Es un mecanismo similar al que explica incendios importantes en la Península, como los registrados en la sierra de Espadán en la Comunidad Valenciana», agregó.
En el caso de Los Ángeles, la alta densidad de población y la interfaz urbana-forestal complican aún más el combate contra el fuego. Muchas viviendas están situadas prácticamente dentro del bosque, lo que agrava la dificultad de contener las llamas.
A pesar de las similitudes con fenómenos meteorológicos en España, los incendios en Norteamérica operan a una escala mucho mayor. «En la Península, hemos tenido incendios graves asociados a episodios de vientos de poniente, pero los fuegos en Estados Unidos están a otro nivel en términos de intensidad y extensión», concluyó Biener.