
En un nuevo artículo, los científicos llaman al río Casiquiare “el equivalente hidrológico de un agujero de gusano entre dos galaxias"
Descubren nueve ríos y lagos en América que contradicen las reglas básicas del agua
El estudio documenta varios casos de bifurcaciones inusuales, donde un río se divide en ramales que continúan fluyendo sin volver a un cauce principal
La revista Water Resources Research ha publicado un estudio sobre nueve ríos y lagos en América que contradicen las normas fundamentales del comportamiento de las vías fluviales y cuencas hidrográficas.
Por lo general, los ríos se unen aguas abajo, fluyen cuesta abajo y desembocan en un océano o lago. Sin embargo, el estudio documenta varios casos de bifurcaciones inusuales, donde un río se divide en ramales que continúan fluyendo sin volver a un cauce principal.
Uno de los ejemplos más sorprendentes es el río Casiquiare, en Venezuela. Este curso de agua conecta las dos cuencas hidrográficas más grandes de América del Sur: el Orinoco y el Amazonas. Actúa como un distributario del Orinoco y al mismo tiempo como un afluente del Amazonas, funcionando como un «agujero de gusano hidrológico», según los autores del estudio, Robert B. Sowby y Adam V. Siegel, de la Universidad Brigham Young.
El Casiquiare se separa del Orinoco y serpentea a través de la densa selva tropical hasta unirse al río Negro, que a su vez fluye hacia el Amazonas. A pesar de su pendiente mínima (menos del 0,009 %), transporta un gran volumen de agua. Este fenómeno se debe a un proceso de captura fluvial incompleto, y su dinámica sigue siendo objeto de estudio.Ríos que fluyen en dos direcciones
Otro caso llamativo es el río Wayambo, en Surinam. Cartografiado por colonos holandeses en 1717, este río puede cambiar su dirección de flujo según las precipitaciones y la intervención humana mediante esclusas. Su ubicación cercana a minas de oro, bauxita y yacimientos petrolíferos lo convierte en un desafío para predecir la propagación de contaminantes, según informa la revista Eos de la American Geophysical Union (AGU).
Sin embargo, el río más desconcertante del estudio es el Echimamish, en Canadá. Su nombre, de origen cree, significa «agua que fluye en ambos sentidos», reflejando su peculiar comportamiento. Este río conecta los ríos Hayes y Nelson, y su curso plano, junto con la presencia de presas de castores, hace que su dirección de flujo sea impredecible, incluso en la actualidad.
El estudio también analiza otras seis vías fluviales inusuales, incluidos lagos con dos desagües y arroyos que desembocan en los océanos Atlántico y Pacífico. Estos fenómenos ponen de manifiesto lo mucho que aún falta por comprender sobre la dinámica de las aguas en nuestro planeta.