
Planta de tratamiento de aguas residuales de Seine-Valenton, perteneciente a la Autoridad de Saneamiento del Gran París
Del Elba al Ebro: los grandes ríos europeos invadidos por los microplásticos
Los investigadores alertan de niveles de contaminación que califican como «alarmantes», ya que el promedio registrado en los ríos estudiados fue de tres microplásticos por metro cúbico de agua
Los microplásticos han colonizado los grandes ríos europeos, según una serie de 14 estudios publicados de forma conjunta en la revista Environmental Science and Pollution Research. La investigación, coordinada por el especialista en ecotoxicología microbiana marina del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia (CNRS), Jean-François Ghiglione, concluye que «la contaminación está presente en todos los ríos europeos» analizados.
La operación científica movilizó a un equipo de 40 profesionales –entre químicos, biólogos y físicos– procedentes de 19 laboratorios, además de contar con la colaboración de doctorandos e investigadores posdoctorales. El estudio se centró en nueve de los principales ríos del continente: Elba, Ebro, Garona, Loira, Ródano, Rin, Sena, Támesis y Tíber. Las muestras fueron tomadas en las desembocaduras y posteriormente en el primer núcleo urbano significativo que cada río atraviesa.
Alexandra Ter Halle, química del CNRS con sede en Toulouse y participante del proyecto, explicó que «los microplásticos son más pequeños que un grano de arroz». Estas partículas no superan los cinco milímetros, y muchas de ellas resultan invisibles al ojo humano. Entre las principales fuentes de estas sustancias contaminantes figuran las fibras sintéticas derivadas del lavado de ropa, los residuos desprendidos de neumáticos y las pequeñas partículas generadas al abrir tapones plásticos. También se identificaron gránulos plásticos vírgenes, utilizados como materia prima para la fabricación de productos de plástico.
Una contaminación constante y subestimada
Los investigadores alertan de niveles de contaminación que califican como «alarmantes». El promedio registrado en los ríos estudiados fue de tres microplásticos por metro cúbico de agua. Aunque esta cifra está lejos de los 40 microplásticos por metro cúbico que se encuentran en los ríos más contaminados del mundo –como el Yangtsé, el Ganges o el Nilo–, el volumen de agua en Europa convierte el problema en una amenaza ambiental de gran escala.Ghiglione ejemplificó el fenómeno con el caso del Ródano a su paso por Valence: «hay un flujo de 1.000 metros cúbicos por segundo, lo que significa que hay 3.000 partículas de plástico cada segundo». En el caso del Sena, en París, esa cifra se sitúa en torno a 900 partículas por segundo.
Uno de los hallazgos más sorprendentes, según el mismo investigador, fue descubrir que «la masa de microplásticos invisibles a simple vista es más significativa que la de los visibles». Los más grandes tienden a flotar y son fácilmente recolectables en superficie, mientras que los más diminutos se dispersan por toda la columna de agua, siendo ingeridos por animales acuáticos y organismos marinos.
Consecuencias biológicas e industriales
Entre los descubrimientos más preocupantes figura la detección de una bacteria patógena capaz de afectar a humanos adherida a un microplástico en el río Loira. Además, se halló que aproximadamente una cuarta parte de los microplásticos no procede de residuos plásticos en descomposición, sino de pélets industriales o «lágrimas de sirena», como también se los conoce. Estos gránulos suelen aparecer en las playas tras derrames durante el transporte marítimo.
Una parte de esta investigación fue posible gracias al programa de ciencia ciudadana 'El plástico bajo la lupa', en el que colaboran alrededor de 15.000 estudiantes de secundaria en Francia que recogen muestras anualmente en las orillas de los ríos.
Pese a la magnitud del estudio, los autores han evitado establecer una clasificación de los ríos europeos más afectados por la contaminación, argumentando que los niveles detectados son «globalmente equivalentes» y los datos aún no permiten establecer un ránking concluyente. Tampoco se ha podido confirmar una correlación clara entre los niveles de microplásticos y la cercanía de grandes ciudades. «Los resultados río arriba y río abajo de una ciudad no son muy diferentes», apuntó Ghiglione, quien concluyó que la contaminación es «difusa y establecida» y que «proviene de todas partes».
En un contexto de negociaciones internacionales en el seno de la ONU para frenar la contaminación plástica, Ghiglione instó a una acción decidida: «la coalición científica internacional de la que formamos parte reclama una reducción significativa de la producción de plástico primario, porque sabemos que la producción de plástico está directamente ligada a la contaminación».