El giro republicano de Silicon Valley: menos impuestos, ideología woke y protección ante Europa
Los republicanos se han convertido en socios importantes de Musk o Cook por diferentes motivos, mientras que Kamala Harris ya no cuenta con el apoyo de Zuckerberg
A medida que se acercan las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2024, la influencia de los CEO de las grandes empresas tecnológicas ha cobrado una relevancia decisiva. En un entorno político marcado por divisiones profundas, el respaldo de figuras clave en el sector tecnológico ha pasado del bando demócrata al republicano en un inesperado guion.
La manera en que estos ejecutivos han alineado sus intereses con Trump revela las prioridades políticas y económicas de Silicon Valley. Desde acabar con ideología woke, como exige Musk; a las rebajas de impuestos o a un auxilio desde Apple para que sean los republicanos quienes detengan a la máquina de sancionar en que se ha convertido Europa.
Apoyos a Trump de Silicon Valley
Históricamente, Silicon Valley ha sido una fortaleza de apoyo para los demócratas, con una afinidad hacia las políticas progresistas. Sin embargo, figuras como Elon Musk y otros empresarios importantes han manifestado su respaldo a Donald Trump, atraídos por sus promesas de reducción de impuestos y desregulación, dos factores clave para la expansión empresarial.
Figuras como Elon Musk y otros empresarios importantes han manifestado su respaldo a Donald Trump
Elon Musk, CEO de Tesla y SpaceX, es un defensor de Trump, aunque en el futuro tuvieron sus roces. Su apoyo llega impulsado por una visión de menor intervención gubernamental y más libertad empresarial. Ha aportado 75 millones de dólares a la campaña de Trump a través de America PAC y ha organizado eventos de gran repercusión, como una entrevista en vivo con Trump en X, plataforma que Musk adquirió en 2022. Las promesas de Trump de reducir la tasa de impuestos corporativos y de minimizar las políticas woke han consolidado su apoyo. También se le ha visto en sus últimas apariciones públicas y ha sorteado varios millones de euros entre los votantes del magnate.
David Sacks, cofundador de PayPal ha manifestado su apoyo a Trump con un evento de recaudación de fondos en su lujosa mansión de San Francisco, donde cada entrada alcanzó los 300.000 dólares. En su popular podcast, Sacks ha defendido el regreso de Trump como una oportunidad para fortalecer los negocios del país.
Kamala y los progresistas
A pesar del giro conservador de algunos empresarios, otros líderes tecnológicos mantienen su respaldo al Partido Demócrata. Para ellos, Kamala Harris representa la continuidad de políticas sociales y de regulación de la tecnología que consideran necesarias. Esta inclinación tiene muchos tintes progresistas como la inclusión y la responsabilidad social.
Bill Gates, el cofundador de Microsoft ha apoyado a Harris a través de Future Forward USA Action con una contribución de 50 millones de dólares, motivado por las propuestas de la candidata demócrata en temas de atención médica, reducción de pobreza y cambio climático.
Bill Gates ha apoyado a Harris a través de Future Forward USA Action con una contribución de 50 millones
Mike Bloomberg, exalcalde de Nueva York y magnate de los medios, ha sido un aliado de los demócratas y ha realizado una donación similar a la de Gates. Su respaldo a Harris se motiva por su visión de regular las grandes corporaciones tecnológicas y garantizar una competencia justa.
¿Y Apple?
Tim Cook, CEO de Apple, y Sundar Pichai, CEO de Alphabet (Google), representan un sector de Silicon Valley comprometido con la privacidad, la inclusión y la regulación responsable de la tecnología, pero no han dado su apoyo a Kamala Harris de manera pública porque tienen otros intereses que proteger. Cook, por ejemplo, ha abogado por políticas de protección de los derechos de los usuarios, mientras que Pichai ha señalado la necesidad de regulaciones que mantengan la innovación al tiempo que aseguren la responsabilidad social.
Cook ha llamado a Trump con el objetivo de poner en conocimiento del republicano las constantes multas millonarias desde Europa
En los últimos días se ha conocido que el CEO de Apple se puso en contacto con Donald Trump con el objetivo de poner en conocimiento del republicano las constantes multas millonarias desde Europa. Cook sabe que el único que puede poner orden en las relaciones con la UE es Trump. En esa llamada, el CEO de Apple aseguró que la Unión Europea «está usando esas multas para dirigir su empresa». Un control que Trump quiere evitar y así se lo hizo saber «tengo que ser elegido primero, pero no voy a dejarles aprovecharse de nuestras compañías. Eso no va a pasar».
No voy a permitir que la UE se aproveche de nuestras compañíasCandidato a la presidencia de Estados Unidos
Mark Zuckerberg también se ha puesto de perfil respecto a Kamala Harris. No se ha visto un movimiento personal en favor de la candidata y Trump ha llegado a revelar en una entrevista en Fox el pasado mes de agosto que Zuckerberg le llamó tras su intento de asesinato para interesarse por su salud y le aseguró no intentará ayudar a los demócratas a ganar con sí hizo en 2020 con Biden.
La postura de Jeff Bezos, fundador de Amazon, ha sido parecida, no ha respaldado oficialmente a Harris, pero aseguran que sus intereses en temas de ciencia y tecnología lo acercan a los demócratas.
La batalla por la influencia
Donald Trump ha logrado atraer a ciertos líderes tecnológicos. Las iniciativas de Harris en temas de monopolio y regulación de las grandes tecnológicas han sido bien acogidas entre los que buscan un mayor control sobre el poder de las megacorporaciones. Son los CEO de estas big tech los que se ponen del lado de Trump con lo que la balanza se equilibra.
Las elecciones de 2024 muestran el papel que los multimillonarios tecnológicos tienen en el futuro de Estados Unidos. Trump ha atraído a empresarios interesados en menos impuestos y mayor libertad empresarial, mientras que Harris cuenta con el respaldo de aquellos que abogan por políticas de responsabilidad social. El apoyo de Silicon Valley no solo refleja sus intereses empresariales, sino también las divisiones políticas y económicas que moldean la sociedad estadounidense actual cada vez más polarizada.